El valenciano Carlos Taberner se cuela en el cuadro final de Roland Garros | Yo soy noticia

FOTO: @fermurciego

Por primera vez en su todavía corta carrera en la élite Carlos Taberner pisará el cuadro final de un torneo de Grand Slam. Será en París, en el mítico Roland Garros, y después de haber superado tres intensas y asfixiantes rondas previas para dar con sus huesos entre los mejores.

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Su puesto entre los 128 mejores de la ATP en la cita parisina que arranca esta próxima semana se lo ha labrado a base de tenis y de fuerza de voluntad, de amor propio y sobre todo de un talento que todos aquellos que le conocen ya saben que atesora. Y de sobra, porque lo ha venido demostrando desde que era un adolescente.

Es ahora, cuando pugna por asentarse entre los primeros 200 del mundo, cuando nada de lo que se ganó siendo un chaval sirve de mucho. Si acaso para engordar currículum, pero de poco más cuando llega el turno del cara a cara contra los grandes tenistas internacionales.

Taberner llegaba a la fase previa de Roland Garros después de una gira previa de tierra lastrada por las lesiones, pero nada de eso afectó a su cabeza y a su desempeño dentro de la pista. Primero fulminó al alemán Yannick Maden, en la segunda ronda previa de la fase de clasificación se deshizo del austriaco, y ex número 8 mundial, Jurgen Melzer salvando dos bolas de partido, y este viernes ha superado al alemán Oscar Otte por 6-2, 2-6 y 6-4 en algo más de 2 horas de partido.

El mejor y más dulce final para el de la capital del Turia, exhausto tras varios días de máxima intensidad física y mental, pero feliz y orgulloso de haber escrito una nueva y brillante página en su carrera deportiva. Con su clasificación se convierte en la tercera raqueta de la Comunitat Valenciana, además de David Ferrer y Roberto Bautista, que integra la Armada de 12 españoles que tendremos este curso en la tierra batida de París.

Ahora a Carlos Taberner, que en este 2018 cumplirá los 21 años de edad, le espera en primera ronda el griego Tsitsipas, finalista en el último Conde de Godó y un hueso duro de roer. Pero torres más altas han caído, y ahora que se ve entre los mejores es tiempo de disfrutar pero también de sacar todo el tenis que lleva dentro. La aventura no ha hecho más que comenzar.

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