Silvia Ferrandis, del Club San Fernando de Valencia: «El Bádminton es dar latigazos en el aire» | Yo soy noticia

El Bádminton es un deporte minoritario en nuestro país pero es el sexto más practicado del mundo. 200 millones de jugadores en 158 países compiten en una disciplina nacida en la India durante el siglo XIX bajo el nombre de «Poona» y que los colonizadores británicos se llevaron a Inglaterra en 1873. Allí lo reglamentaron y el Duque de Beaufort se interesó en el juego. Puesto que se practicaba con regularidad en su finca campestre de Gloucestershire, conocida como «Badminton House», finalmente adoptó dicha denominación.

En las décadas siguientes se expandió por toda Europa y Asia Oriental. No sería hasta 1971 cuando empieza a practicarse en España, creándose su Federación nacional en 1983. Entre las grandes figuras patrias de este deporte se hallan nombres como Esther Sanz, Dolores Marco, Sergio Llopis, Antonio Crespo, David Serrano o Pablo Abián. Pero sin duda el gran salto cualitativo llegó con Carolina Marín y su Oro Olímpico en 2016.

Una auténtica superdotada que además ha sido tres veces Campeona del Mundo y cuatro de Europa, amén de detentar en la actualidad el número 6 del ranking global femenino y seguir luchando por estar en París 2024 pese a las graves lesiones de rodilla que ha sufrido en los últimos años.

La principal característica diferencial de este deporte con respecto a otros que se practican con raqueta es sin duda el Volante. Así se llama el proyectil con el que se juega y al que se golpea en lugar de una pelota. Tiene una forma cónica abierta y está formado por dieciséis plumas de ala izquierda de ganso (de este modo gira siempre en el mismo sentido) insertadas alrededor de una base de corcho semiesférica cubierta de una capa delgada de cuero.

Los volantes son frágiles y se rompen fácilmente, por lo que en un partido de alto nivel es normal ver cambiar el volante cada pocos puntos. Por esta razón también existen volantes sintéticos o de plástico, de mucha más durabilidad y hechos de nailon. Sin embargo, el tacto y el control sobre estos es mucho menor, por lo que se utilizan más para principiantes, mientras que los de plumas se utilizan para un nivel más avanzado.

La forma del volante lo hace extremadamente aerodinámico, y a pesar de la orientación inicial al golpearlo, rápidamente se gira situándose el corcho por delante. De hecho, su comportamiento en suspensión y su estabilidad en el aire son tales, que fueron estudiados para diseñar el vehículo espacial SpaceShipOne y su vuelo de reentrada a la atmósfera. Hablamos de una pequeña gran obra de ingeniería de tan sólo 5 gramos de peso pero que es capaz de alcanzar más de 400 kilómetros por hora al ser golpeado, lo que convierte al Bádminton en el más rápido de los deportes de raqueta.

Tras pasar unos minutos en el Polideportivo de Nazaret – uno de los lugares donde entrena habitualmente el Club Badminton San Fernando – viendo ejercitándose a los allí presentes, lo primero que nos llama la atención es justamente esa electricidad: «El Bádminton es dar latigazos en el aire», comienza a contarnos nuestra entrevistada, Silvia Ferrandis.

«La gente se cree que es muy de hombro y en realidad golpear el volante es todo antebrazo y muñeca. Es como un latigueo. Al final, tú estás bailando y volando en la pista y tienes que deslizarte manteniendo la postura lo más recta posible e ir agachándote, y para eso tienes que tener mucha potencia y musculatura en los glúteos e isquiotibiales. Con ello consigues poner una distancia correcta con el volante y ya dar el latigazo, que es lo que te permite no lesionarte el hombro, la posición del cuerpo respecto al volante. Necesitas mucha flexibilidad e integrar todas tus habilidades y capacidades», continúa explicándonos.

«Al final, tú estás bailando y volando en la pista y tienes que deslizarte manteniendo la postura lo más recta posible»

Queremos saber si es precisamente esta física tan particular en la que está envuelta este deporte lo que más les gusta a sus devotos. Silvia nos dice que «ahora el Pádel está muy de moda pero a mí siempre me ha gustado mucho más el Bádminton. Como Maestra de Educación Física que soy, considero que es más complejo, porque no botan y no tienes tanto tiempo de reacción. Con la práctica consigues darle al volante sin que caiga al suelo, es todo un reto y creo que eso te engancha más. Me gusta la rapidez que necesitas para interceptar el volante, la cantidad de golpes técnicos diferentes que hay tanto en red como al fondo de la pista, y la potencia que tienes que tener en cuanto a condición física» .

El Club Badminton San Fernando Valencia es una entidad privada sin ánimo de lucro nacida en Valencia en 1987, siendo por tanto la institución decana dedicada a esta disciplina en nuestra ciudad. Su razón de ser es fomentar los valores del deporte, el esfuerzo, la inclusión y el compromiso social. En el camino, éxitos deportivos, formación de cantera y como suele ocurrir, lucha continua por sobrevivir y prosperar.

Le preguntamos a Silvia Ferrandis por su labor en el club, así como la problemática a la que deben enfrentarse para seguir adelante: «Soy miembra de la junta directiva del club, soy la secretaria en un equipo de cuatro personas. Deportivamente, hasta hace unos años era también entrenadora, pero actualmente sólo soy jugadora del equipo de División de Honor, que compite en la Liga Nacional Top Ocho. Es la máxima categoría nacional ahora mismo, donde están los ocho mejores equipos de España» .

«El club compite en la División de Honor, la máxima categoría nacional, donde están los ocho mejores equipos de España”.

«En división de honor hay dos grandes equipos, que son el Recreativo La orden de Huelva (equipo del cual emergió Carolina Marín), y el Rinconada de Sevilla. Y luego ya a notable distancia en cuanto a potencial estamos todos los demás. En los últimos tiempos se ha cambiado el sistema de competición reajustando el número de participantes en cada categoría para igualar un poco las ligas. Esto deportivamente ha sido bueno pero ha tenido la consecuencia negativa de que al haber menos partidos ya no cumplimos con los requisitos para algunas ayudas», continúa.

Ferrandis nos habla de sus comienzos y trayectoria en este deporte: «Yo empecé a los siete años en las extraescolares del Ramiro Jover. Desde poco después ya estuve federada. Poco a poco empecé a ir con la  Selección Valenciana y a los campeonatos de España. Mi pasión es competir en equipo, pero es un deporte individual, tú tienes tu ranking y juegas dos modalidades, individual femenina y doble femenina. Ahora ya se puede en tres diferentes. El objetivo es llegar lo más preparado posible siempre al campeonato de España».

Silvia prosigue explicándonos que «las subvenciones llegan desde Diputación, Ayuntamiento, Generalitat y Federación Española, pero ha habido un claro descenso estos dos últimos años. Hemos tenido que subir un poquito la cuota de socio, pero aún así no podemos fichar a jugadores internacionales o nacionales que nos gustaría, hemos de tirar de cantera. Con estos presupuestos, no puedes competir contra equipos que tienen recursos mucho mayores y grandes patrocinadores. Necesitamos más apoyo y más instalaciones. al final somos un club sin ánimo de lucro y bueno, pues lo que entra sale y lo hacemos como mejor podemos» .

«Entrenamos en tres pabellones diferentes. Uno de ellos es el Ramiro Jover, un centro público del barrio de San Marcelino. De un tiempo a esta parte también aquí en Nazaret, y en el Pabellón de la Fuensanta, construido hace seis años y que es nuestra sede. Este año hemos solicitado más horarios, algunos se nos han concedido y otros ha sido imposible porque tenemos que compartir los espacios con otros deportes. Lo hemos dicho y lo seguiremos diciendo: de cara a obtener resultados y ser competitivos, no puede ser que estemos compitiendo contra equipos que tienen un pabellón para ellos solos», declara.

Silvia Ferrandis sigue desgranando para nosotros los obstáculos que genera el tener que repartir la actividad del club entre diversas localizaciones: «Al estar divididos en diferentes pabellones tenemos problemas en cuanto a la realización de las jornadas, porque provocas que la gente no se sienta tan identificada con el club, que es un objetivo que tenemos, intentar que la mayor parte de los socios se comprometan cuando se organiza una competición del equipo de División de Honor o de Primera División, que todos nos apoyemos y que estemos todos con todos» .

«No puede ser que estemos compitiendo contra equipos que tienen un pabellón para ellos solos»

El club juega sus partidos viernes, sábados y domingos en el Pabellón de la Fuensanta en horarios que giran en torno a las once de la mañana o las cinco de la tarde y la entrada es gratuita.

Lo que nunca sale gratis en nuestro país es darlo todo por el deporte de alta competición e intentar compatibilizarlo con el resto de quehaceres de la vida diaria. A este respecto Silvia tiene mucho que contar:

«En esto me voy a poner reivindicativa a tope, porque es necesario, la situación está muy mal. Ahora tengo 30 años y, en otras circunstancias, perfectamente podría estar dando el 100% de mí hasta los 35 y podría estar entrenando mucho más, pero también soy Maestra de Educación Física en un centro de primaria y al final no lo puedes compaginar. Como digo, estamos compitiendo durante estos cuatro años que llevamos en División de Honor contra jugadoras que entrenan mañana y tarde, seis horas al día. Nosotros entrenamos con suerte seis horas a la semana. Además son más jóvenes y todas las de mi edad se lo han ido dejando, porque al final hay que trabajar y no te dan facilidades para conciliar».

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«Llevamos años compitiendo contra jugadoras que entrenan seis horas al día mientras que nosotros entrenamos seis horas a la semana»

«Del Bádminton no vive nadie salvo cuando eres joven y con suerte estás con una beca en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, pero si no despuntas mucho al final tendrás que buscarte un trabajo, con todo lo que ello implica. Afortunadamente ahora mismo tengo un horario que sí que me permite continuar, pero llego muy cansada a los entrenamientos. Hablé con la Consellería de Educación, a ver si podían reducirme un poco las horas de trabajo para poder descansar un poco antes y poder entrenar mejor, tampoco pido más. Pero claro, en ese caso, obviamente no cobras lo mismo y hay que vivir. Llega un momento en que llegas a ser Absoluto y ya no tienes beca ninguna. Así que mi decisión es que al final de este año iré reduciendo la dedicación a esto, no me queda otra», concluye.

«Mi decisión es que al final de este año iré reduciendo la dedicación a esto, no me queda otra”

El Club Badminton San Fernando tiene las puertas abiertas para gente de toda edad y condición, con propósitos meramente lúdicos o más competitivos. Silvia nos habla también de ello:

«A la hora de hacer los grupos el criterio que prevalece es el nivel de juego por encima de la edad, aunque cuando son pequeños sí intentamos agruparles más por edad para que evolucionen y salgan juntos a las competiciones, porque al final tú quieres seguir en el deporte porque creas amigos y tienes un círculo social donde estás a gusto. Tenemos gente de todas las edades y procedencias, desde junior a senior. Y el Bádminton es uno de los pocos deportes donde también se puede competir en equipos mixtos de hombres y mujeres. También contamos con un grupo de diversidad funcional llamado el «Discover», que por tema de espacio y subvenciones se ha quedado un poco colgado, necesitamos el apoyo de algún patrocinador para poder mantener la actividad como anual y no tener que cortarla antes de tiempo. Al final somos gente muy heterogénea unida por el mismo deporte».

Para terminar queremos saber en qué lugar podemos ubicar nuestro Bádminton en el contexto internacional, dado que el tiempo que esta práctica se halla entre nosotros es reducido:

Al respecto afirma que «las grandes potencias europeas son Dinamarca, Alemania e Inglaterra. Luego también toda la zona de Asia, o sea, China, Malasia, Indonesia e India. En Asia son muy potentes en esto porque tienen muchos espacios y mucha población, es una cuestión de probabilidad y también de cultura, hay gente con mucha tradición y preparación, allí son mucho de deportes de raqueta, es lo que más triunfa. En España, tenemos obviamente a Carolina Marín y poco a poco vamos mejorando. Me consta que hay entrenadores de aquí que van a hacer cursos fuera y se van temporadas con sus jugadores a Asia y allí perfeccionan. De todos modos al final la clave está en tener mucha cantera y saber detectar e impulsar a los buenos, explotar el potencial, ver a la gente que tenga un don como Carolina. Para ser top en algo tienes que llevarlo dentro, aunque luego obviamente has de trabajar mucho».

«En Asia son mucho de deportes de raqueta, es lo que más triunfa»

Nos marchamos de este Polideportivo de Nazaret con la electricidad de esta disciplina vista de cerca todavía a flor de piel, y certificando una vez más el tremendo esfuerzo, mérito y sacrificio que es necesario en nuestras latitudes para perseguir tus sueños contra viento y marea en cualquier deporte minoritario. Todos ellos son diferentes y particulares, pero los anhelos y problemas que subyacen tras los mismos tienden a ser comunes. Es un honor para YoSoyNoticia poder tomar contacto con tanta gente única que te transmite su pasión, su energía y su instinto de lucha y superación. Y sin duda es un privilegio poder contarlo.

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