El alicantino Llorenç Solbes, entrenador de atletas, es uno de los fundadores de C.E.T. (Compromiso, Esfuerzo y Trabajo). Se trata de una organización sin ánimo de lucro que desde 2008 se dedica a captar a jóvenes promesas del atletismo con riesgo de exclusión social.
Un terrible acontecimiento marcó la vida del ex atleta y preparador físico y fue el que le motivó en parte a ayudar a los demás con este proyecto tan bonito. Corría el año 2003, Llorenç se encontraba esquiando en Andorra cuando sufrió una caída que lo dejaría postrado en una silla de ruedas.
Estructura de C.E.T.
Lejos de perder la sonrisa se dedicó a provocar otras en los jóvenes de los institutos de la zona norte de Alicante que «estaba muy deteriorada». Eran chavales que a pesar de tener situaciones familiares complicadas y recursos económicos nulos, ostentaban un grandísimo potencial para llegar a cotas importantes en el atletismo.
“Queríamos darles cobertura legal, no porque quisiéramos crecer porque era todo voluntariado. Hacíamos campañas todos los años en institutos, participábamos en cosas de integración… Y el nivel de deportistas fue creciendo”, declara.
La idea original que después se ha adoptado en la anatomía de C.E.T. proviene de USA. La base del proyecto consiste en realizar una cadena de ayuda en la que ganan todos.
“Nosotros ayudamos a deportistas y cuando consiguen el nivel profesional ayudan a otros de su entorno. Aunque la realidad es que en atletismo para tener esa capacidad de ayudar has de ser muy bueno”, incide.
Dos son los pasos que se realizan en C.E.T. para que el proyecto fructifique: captación y colocación. En el primero, se encuentran talentos a través de “las campañas de los institutos” y “los monitores en el parque”. En el segundo, se ubican a los jóvenes en diferentes clubes para que potencien sus cualidades.
“Nosotros somos como un trampolín, les damos ese empujoncito. Después de captarlos, al no tener suficientes recursos los atletas se apuntaban al club que querían. Al final nuestros buenos atletas se iban al Playas de Castellón, es el acomodo natural”, apostilla.
Cuna del Playas de Castellón
El C.E.T. ha sido la cantera de muchos atletas de renombre que han terminado militando en el prestigioso club castellonense, el mejor de España. Uno de los más populares es sin duda el olímpico Daniel Andújar.
Atletas olímpicos
“Hemos entrenado 6 o 7 olímpicos, entre ellos dos subcampeones. Ahora también Haroun ha conseguido el bronce en el Mundial de Londres. Esto ha degenerado que me llame gente muy buena”, indica.
Expansión internacional
Sin embargo, desde hace unos años C.E.T. ha pasado a internacionalizarse y ha trasladado el foco de atención de Alicante a otros países cuyas infraestructuras en atletismo y recursos económicos son paupérrimos. En estos momentos, una de las prioridades es el país africano de Burundi.
“Burundi lo tiene muy mal, es el segundo país más pobre del mundo.Federación de Atletismo de Burundi No tienen gimnasios ni pistas de atletismo, ni siquiera pueden permitirse pagarse el visado para salir del país lo que supone un gran problema”, explica.
Antes de Burundi, Botswana recibió todas las atenciones cuando en 2012 se llegó a un acuerdo de colaboración con la Botswana Athletics Association.
“Teníamos un acuerdo pero van pasando distintos presidentes y han empezado a obtener muchos resultados y dejan de necesitarte por decirlo así”, agrega.
Satisfacción personal
“Lo más gratificante es ver aquellos críos que al principio venían y que su entorno familiar era muy difícil de gestionar cómo han acabado en la universidad. No digo que sea por nosotros, pero la integración les ha ayudado mucho. Ves que algo de poso sí ha quedado en las conversaciones”, revela.
Futuro de C.E.T.
La gran ilusión de Llorenç es regresar a los orígenes, retomar el papel que desempeñaban en Alicante. Unos derroteros que se frustraron cuando el apoyo económico de las instituciones en la captación se fue paulatinamente mermando.
“Teníamos un monitor en un parque que hacía actividades allí y que nos mandaban a la pista de atletismo a los chavales que veía que funcionaban. Costaba 150 euros al mes, pero al final el Ayuntamiento no quiso continuar y los recursos se acabaron”, revela.
El tiempo dirá si finalmente tornan al punto en el que comenzó todo. Hasta entonces, C.E.T. proseguirá moldeando atletas con todo el futuro por delante.