El niño y el abuelo del Maratón de Valencia comparten un mismo objetivo | Yo soy noticia


Marcos Aygues nació en septiembre de 1997. Acaba de cumplir sus 18 años y pertenece al club Poblats Marítims. Él va a ser el español más joven y el segundo en total de los inscritos al Maratón, algo que ya sospechaba cuando tuvo la idea de apuntarse al reto: «Algo me imaginaba, mis compaañeros ya me avisaron de que no habría muchos participantes de mi categoría».

En el otro lado tenemos a Emilio Navarro, que nació nada más y nada menos que 57 años antes. Fue en mayo de 1940, en la Albacete de plena posguerra. Pronto se afincó en Valencia, donde asegura que lleva más tiempo que en ningún sitio. Por eso se siente valenciano de adopción. Emilio pertenece al club Galápagos y será el el español más veterano y el cuarto en total de los inscritos al Maratón, algo que en ningún caso le supone una presión añadida: «Mi único objetivo es acabar». Tampoco lo es para Marcos, a quién el hecho de que haya muchas miradas puestas en él solo supone «un plus añadido».

Ellos son solo dos historias curiosas dentro de un Maratón Valencia en el que cada corredor tiene la suya propia. El abuelo y el niño de uno de los eventos más importantes de la ciudad. Esta circunstancia se la toma con mucho humor Emilio, que desprende sátira e ironía en cada respuesta: «Si no hago maratones ahora que soy joven, luego cuando sea mayor no podré», dice riendo a sus 75 años.

Galapagos 2010

Y es que esto de las pruebas de larga distancia no es algo nuevo, como podíamos imaginar, en la historia del experimentado corredor. Aunque eso sí, empezó siendo ya veterano. «Yo tenía 48 años y era conserje en Blasco Ibáñez. Un día en el trabajo vi a mi amigo Chimo que estaba muy cuadrado. Creia que estaba enfermo o algo de lo fino que estaba. Después vi la tripa que me empezaba a salir y decidí hacer como él para estar fino. Y hoy día puedo decir que sigo finito», relata con humor.

Preguntado por el número de maratones que ha hecho en su vida, Emilio los cita como si se acordara de cada gota de sudor que ha derramado en ellos: «He hecho 33 y 25 de ellos en Valencia. Los otros ocho te los enumero: «Barcelona, San Sebastián, Castellón, Madrid, Sevilla, Portugal y Lanzarote». Y los cita con una brillante lucidez.

Caso opuesto es el de Marcos, él ha elegido debutar en Valencia, su tierra natal. Aquí hará su primer maratón porque se ha cansado de las carreras de distancia reducida: «Se me hacía corto y por eso empecé a probar con algunas 15k y medias maratones. Ahí me di cuenta de que así me encontraba mejor con mi cuerpo».

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El siguiente paso era ir a por un maratón, aunque siempre hay trabas. «Tuve una lesión y después de ella me quise marcar un buen objetivo. Entonces fue cuando se me metió en la cabeza la idea de hacer los 42 kilómetros. Si no lo hacía ahora después no podría decir que a los 18 años hice un maratón».

Objetivo común

Eso sí, el corredor de Poblats Marítims intuye que esta prueba de larga distancia no será el última. «Siempre dicen que cuando acabas el primero quieres hacer más. Ojalá sea así, pero de momento solo pienso en el domingo». ¿El objetivo? Tanto Emilio como Marcos coinciden: «Acabarlo». Quizá sea uno de los únicos puntos que tienen en común. Eso y su pasión por correr, claro está.

Si hablamos de preparación, evidentemente una persona de 18 y otra de 75 la han afrontado de manera muy distinta. Desde el punto de vista de Marcos, que no es profesional porque «lamentablemente la economía no lo permite», han sido unos meses «muy duros» de entrenamiento: «Hay que renunciar alguna vez a verse con un amigo, hay que madrugar y hay que compaginarlo con los estudios. Aunque como digo siempre: sarna con gusto no pica». Una visión más sencilla encontramos en Emilio, que parece hacerse un maratón diario: «Ahora ya casi no se prepara. Últimamente he hecho tres rodajes larguitos de 3 y 2 horas».

El domingo ambos madrugarán, se pondrán su dorsal, sus zapatillas de deporte e irán a la línea de meta. En ese momento, aunque se saben arropados por su familia, sentirán la soledad del corredor. Se enfrentarán a 42 kilómetros por las calles de una ciudad que se han recorrido mil veces, pero esta vez el reto lo vale. Le esperamos en la meta.

 

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