Alba Molina San Antonio
A pesar de su duro trabajo como albañil, posee una pequeña empresa de construcción, Juanra saca horas de donde no las hay para entrenar. Su sacrificio le ha llevado a tocar la gloria en los 800 metros, tanto al aire libre como en pista cubierta.
El atleta valenciano Juanra Pous, natural de Oliva, en una especie de superhéroe. Aunque él no pueda evitar reírse al escucharlo, aunque su modestia y humildad le hagan incapaz de considerarse como tal. Pero lo es. Servidora puede demostrarlo a través de estas líneas.
A sus 38 años, el deportista del C.D. L’Espenta Oliva puede presumir de un palmarés al alcance de muy pocos: Campeón de Europa en 800 metros al aire libre, doble Campeón del Mundo en la misma modalidad, y Campeón de Europa de 800 metros en pista cubierta.
Es el Rey de Reyes de los 800 metros en la categoría de veteranos. Pero no son la multiplicidad de títulos lo que lo convierten en superhéroe, sino haber conquistado la gloria a pesar de las dificultades que las lesiones y su arduo trabajo de albañil le han acarreado.
A las 06:20 horas de la mañana comienza el día para Juanra. De Oliva se marcha a Denia, localidad donde se encuentra en estos momentos construyendo una vivienda creada por Navarro-Vallés Arquitectes, y a las 17:30 horas de la tarde pliega el montante y se vuelve a Oliva.
Cuando llega a casa, extasiado del esfuerzo, sólo tiene ganas de sentarse en el sofá y descansar. Pero nada más lejos de la realidad. Toca enfundarse las zapatillas y sacar fuerzas de donde no las hay para entrenar entre hora y cuarto y dos horas. Cada día. Llueva o truene. De lunes a sábado.
“La gente se extraña de lo que he conseguido, me dicen poca faena harás, y yo les digo que vengan un día y lo vean. Es muy complicado compaginar todo pero la ilusión que tengo por el atletismo hace que mi cuerpo aguante todo”, declara.
Nadie puede explicar a qué se debe la gran resistencia de Juanra, ni siquiera su entrenador FranC Beneyto, el primer sorprendido de que “hay momentos que le damos mucha caña y que mi cuerpo debería resentirse, pero no lo hace”.
Y es que tras el entrenamiento no es llegar a casa, cenar y dormir. Juanra, como propietario que es de una pequeña empresa de construcción, ha de ponerse al día con los papeles y repasar facturas. Con lo que queda muy poco tiempo que dedicar a su mujer e hija.
“Hay momentos muy duros porque obviamente se enfadan y es evidente que estar a tope tantos días entrenando y tantas horas fuera de casa es complicado. Pero me esfuerzo y aguanto por mi hija, para que vea que hay que hacer deporte en la vida”, apunta.
El motor de la vida de Juanra es su hija, quiere erigir el espejo sobre el que la pequeña se mire cuando crezca, ser su referente. Por eso, nuestro protagonista ha desestimado retirarse a pesar de ser consciente de que “cada vez hay gente más joven y mejor y es más difícil”.
“Hoy en día la juventud sólo piensa en no trabajar y en salir de fiesta y pasarlo bien. Yo no veo así la vida, y quiero que cuando mi hija tenga uso de razón tampoco lo vea así”, agrega.
El gran sueño de Juanra, lamentablemente para él, es una utopía: poder vivir del atletismo. Si hubiera sido posible, hace mucho tiempo que habría dejado la construcción, mundo al que se introdujo muy joven, con quince años, porque no le gustaba estudiar.
“Ojalá pudiera vivir de esto pero es imposible sólo correr porque si no no podría sacar la familia adelante. No es viable. Construí la empresa con 23 años y si tuviera alguna subvención la habría dejado porque mi pasión es el atletismo”, sentencia.
El próximo mes de septiembre, Málaga acogerá el Campeonato del Mundo de 800 metros al aire libre donde el valenciano buscará certificar el triplete. La hoja de ruta es clara, pero antes toca recuperarse al 100% y dejar atrás las molestias que todavía aqueja de su lesión.
El tiempo dictará sentencia de si finalmente alcanza el anhelado triplete, de lo que no cabe duda alguna es de que la historia de Juanra conforma una lección de vida. Y muchos deberían aprender de él.
