Una heroína de carne y hueso que encontró en el deporte su salvavidas | Yo soy noticia


Hoy, 19 de octubre, se celebra el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, una enfermedad que cada vez más mujeres adolecen y cuyas cifras futuras proseguirán en aumento según las expectativas. Los que la han vivido de cerca, la han mirado a los ojos y han sido testigos de sus devastadoras consecuencias, como una servidora, saben del sufrimiento que acarrea esta maldita enfermedad. Pero a veces, después de perder muchas batallas, la guerra final se gana. Como dice el dicho, la esperanza es lo último que se pierde. No está permitido rendirse, nunca, jamás. Y ahí entra en juego la protagonista de hoy, Natacha López, una heroína de carne y hueso que ha encontrado en el deporte su salvavidas.

Inicios de correr

Natacha López (36), atleta de Cárnicas Serrano, se inició en el atletismo por el gran motor de su vida, su marido David. Gracias a que la introdujo en este deporte, por el que nunca sintió curiosidad intrínseca, más tarde el club de atletismo Cárnicas Serrano situaría su vista en ella.

Pero lo que es más importante, encontró en el atletismo la mano idónea en la que agarrarse en el peor momento de su vida, cuando le diagnosticaron cáncer de mama.

“David corría todas las mañanas y me sentía mal por quedarme en la cama. Así que empecé a correr en la cinta en el gimnasio y le dije que cuando aguantase 45 minutos empezaría a correr con él. Llegó ese día y nos fijamos correr un año seguido todos los días sin descanso, domingos y festivos incluidos”, relata.

“Cumplimos el año entero corriendo sin parar y decidimos aumentarlo. Estuvimos 742 días sin parar ni un solo día de correr, ni siquiera cuando mi suegro falleció”, agrega.

12120034_731361080329260_8391062891194047467_o

Natacha es indomable. Nunca ha dejado de correr. No lo hizo cuando se quedó embarazada de sus dos hijos, las razones de su existencia, ni cuando su suegro falleció ni tampoco cuando le anunciaron su enfermedad. Únicamente ha tenido que hace un alto en el camino en los días post-operatorios con un sólo pensamiento “volver a correr cuanto antes”.

Su primera carrera fue el Medio Maratón de Pobla de Farnals que celebraba su primera edición. Natacha l0 ganó con un crono de 1:34 horas. A raíz de dicha prueba todo vino rodado. Las carreras se convirtieron en su nuevo mundo. Se integró al club “Run for life”, que era de un amigo suyo, y después ya pasaría a Cárnicas Serranos.

Su incursión en Cárnicas Serrano se produjo cuando embarazada de siete meses y medio de su segundo hijo, Zlatan, corrió la carrera “Es Posible” en Vilanueva de Castellón. Allí, Luis Félix Martínez la conoció y la invitó a unirse al club una vez hubiera dado a luz.

“ Ver allí a Luis Félix Martínez que para mí era como un Dios fue increíble. Al estar embarazada quiso hacerse una foto conmigo, no me lo podía creer. Me dijo que iba a ser su pupila, que me iba a entrenar. Fue todo muy guay, no me lo podía creer, para mí él es muy especial”, indica una emocionada Natacha.

Diagnóstico cáncer de mama

Natacha ha utilizado siempre el implante como método anticonceptivo. Una especie de barilla de cuatro centímetros que se coloca en el brazo y que se encarga de liberar cada día la hormona etonogestrel. Sus efecto como anticonceptivo dura tres años. Natacha fue al médico tras haber pasado los últimos tres años para que le cambiaran el implante. En los días posteriores se notó rara. “ Noté el pecho distinto como cuando te da la subida de leche. Pensaba que era una mastitis o algo así”, comenta.

La médica de cabecera fue la que decidió mandar a Natacha a que se realizara una ecografía preventiva. Una vez estuvieron los resultados la remitieron a un circuito rápido de oncología donde le revelaron sus peores temores, tenía cáncer de mama.

“Cuando te dicen que tienes cáncer de mama te cambia la vida por completo, la mentalidad. Empiezas a ser consciente del estrés que llevas en tu vida, de lo rápido que quieres que todo pase cuando realmente se ha de aprovechar cada minuto. Y empiezas a darle importancia a lo que realmente la tiene”, reconoce.

Natacha tenía dos maneras de afrontarlo, hundirse o remar a contracorriente. Se decantó por la segunda opción. Como ya se ha contado con anterioridad, Natacha no ha dejado nunca de correr, y convirtió el deporte en los remos de su barca, en las zapatillas con las que vencer “la carrera más difícil de mi vida”.

Binomio cáncer-deporte

“El deporte ha sido una especie de panacea. El deporte me ha ayudado muchísimo con los tratamientos. Te afecta mucho al sistema circulatorio y si eres inactiva no te ayuda estar parado. Me ayudó a liberar toxinas, pero sobre todo psicológicamente. Me tomé el cáncer como una carrera más por la que luchar y ganar. Y tomé lo positivo, lo bueno. Que podría estar más tiempo con mis hijos y David. Me ha salido rentable la enfermedad, es mucho más lo positivo que lo que he perdido”, señala sonriendo.

Mientras Natacha va contando su historia punto por punto, no quiere dejarse nada, sus ojos destilan un brillo especial, siente auténtica devoción por su marido, por sus hijos y por su profesión. Sonríe, sonríe mucho. Una constante durante toda la entrevista. Natacha es vida, con todas sus letras, con todas sus connotaciones, porque se ha aferrado a ella con uñas y dientes en su lucha, que es la de tantas otras.

“Encontré en el atletismo una forma de desviar la información. Pensaba en la siguiente carrera en vez de la siguiente sesión de quimioterapia”, señala.

Se aferra a su experiencia para animar a más mujeres con cáncer a que practiquen deporte por los efectos positivos que provocan en la enfermedad. “Animo a las mujeres a que practiquen deporte, siempre y cuando conociendo las limitaciones de cada cual. No sólo te aporta físicamente que es muy importante porque minimiza los efectos de quimioterapia, sino que te aporta psicológicamente”, señala.

kll

Con esta tesitura aprovecha para reivindicar estudios que demuestren lo que a ella le ha pasado, que el deporte es beneficioso. “Me hubiera gustado que en estos meses de tratamiento alguien hubiera estado interesado en hacerme pruebas para comprobar que el deporte es beneficioso y así hacer estudios con base científica”.

Momento más duro de la enfermedad

Natacha desvela que el peor momento sin duda alguna de la enfermedad fue el ocasionado por la incertidumbre. Cuando conocía “el nombre” de la dolencia, pero no “el apellido”. “Es el mes que peor lo pasas porque no conoces tu destino, si vas a salir con vida” , asegura.

“Me daba igual que me tuvieran que quitar los pechos si era necesario al día siguiente, yo sólo quería ver crecer a mis hijos. Y cuando la oncóloga me dijo que vería crecer a mis hijos porque mi cáncer de mama era hormonal y el tratamiento era muy efectivo lloré, lloré mucho”, dice visiblemente emocionada.

j

El amor de una madre, incomparable con ninguno otro. Hablo con conocimiento de causa, a mí me falta y no he encontrado en ningún otro tipo ese amor incondicional. Las madres serían capaces de mover montañas por sus hijos, de volver a viajar a la Luna si fuera preciso. Generosidad sin remilgos. Y la generosidad de Natacha llega hasta extremos insospechados.

“Sólo quería ver crecer a mis hijos, y hasta que me dijeron que los vería crecer, mi única preocupación era dejarlo todo bien atado. Encontrar una buena mujer que me sustituyera con mis hijos. Pensaba en chicas que conozco y que sé que son buenas personas y se lo comentaba a un atónito David”, dice riendo.

Y a mí, porque no puede ser de otra forma cuando la conoces en las distancias cortas, me contagia también su risa. Y crece mi admiración hacia ella, y hacia tantas valientes que están luchando en silencio. Porque lo cuenta quitándole hierro, restándole crudeza. Porque Natacha, como se ha mencionado con anterioridad, eligió afrontarse así al monstruo.

banners

Labor contra el cáncer

Aunque Natacha reconoce el gran grupo médico pero sobre todo humano que la ha acompañado durante toda la enfermedad, echa de menos que se dé un paso más allá en algunos aspectos.

“ Creo que hay muchas carencias en tratamientos y post-tratamientos. Es verdad que ves muchos artículos de la cura con el cáncer, pero por qué no van adelante con esos tratamientos si se supone que son efectivos. Estamos hablando de la enfermedad del Siglo XXI”, critica.

“Una vez que ya te operan te ven cada 3 meses, cada 6… Entiendo que hay recortes pero me dijeron que tras un año podrían reconstruirme los pechos, ahora me han dicho dos, luego será más. Entiendo que hay muchos casos, pero da la sensación que no importa, y en estas enfermedades el aspecto psicológico es clave. Si tuviera 60 años me daría igual, pero con 36 años eres joven joder. Habría que solucionarlo”, añade.

Icono

Natacha es una mujer indomable que puede y así debería ser un ejemplo de superación, un espejo donde otras mujeres se reflejen, y sobre todo la motivación de otras mujeres no para que se introduzcan en el deporte sino para que luchen con su misma mentalidad. Es por eso que Natacha resalta “sentirse contenta” si su testimonio sirve contribuye a ello porque lo que hace no es “para impresionar a nadie”.

Para finalizar, Natacha se muestra profundamente agradecida al haber la movilización de la población con la causa, en la sensibilización que hay. Cada vez más personas participan en las Carreras contra el Cáncer.

img_0045

 No estáis solas valientes, lo sabéis. Recordad. Perderéis muchas batallas, pero la guerra, la guerra la vais a ganar.

https://www.youtube.com/watch?v=fieiYUmBmFY

trailrunner

Aviso de cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Puede cambiar la configuración u obtener más información ‘aquí’.

Aceptar Cookies