El morado y negro vuelven a estar de moda

Ya con la denominación de Units pel Bàsquet Gandía y en un fresco inicio en EBA, donde el año pasado se alcanzó fase de ascenso a LEB Plata, comienza a andar una entidad volcada en el trabajo con los más jóvenes y puesta en manos de auténticos expertos en esta labor, como son Isma Cantó o Quique Roig (en su momento), o Víctor Rubio de cara a la 2015-2016

Un club que es historia viva del baloncesto en Gandía

Tras la liquidación de la antigua sociedad y el nacimiento en 2013 de Units pel Bàsquet Gandía los colores pasaron del morado y oro tradicional, al morado y negro como primera equipación con el morado y blanco en la segunda que lucen todos los equipos del club. La clave aquí es que pudieron y quisieron conservar el morado, que es el color de la bandera.

Por el camino solo hubo un par de equipos de base que perdieron la categoría, pero ahora cuentan con 20 equipos en la base más el Senior que ha estado compitiendo en EBA. Y no solo hablamos de baloncesto masculino, ya que los esfuerzos también van destinados a promover el interés de las chicas por el deporte de la canasta, algo que están consiguiendo por toda la zona de Gandía y alrededores, subiendo de dos equipos a cinco. Todo ello en la búsqueda de una buena base de chicos y chicas para que vayan saliendo buenas generaciones que puedan nutrir al club en el futuro.

Hablamos de una estructura más que respetable, el orgullo de una ciudad que sigue amando a su equipo de baloncesto. Unos 280 niños que se reparten entre dos equipos Baby, dos Prebenjamines, tres Benjamines (dos masculinos y uno femenino), tres Alevines (dos masculinos y uno femenino), cuatro Infantiles (dos masculinos y dos femeninos, uno de ellos jugando la fase autonómica tras haber quedado como uno de los cinco mejores conjuntos de toda la Comunidad Valenciana), tres Cadetes (uno de ellos femenino), un Junior masculino y otro femenino además del Senior de Liga Autonómica.

Una cantera que en pocos años aspira a ser todo un referente del baloncesto en la Comunidad Valenciana, metida de lleno en un proceso de cambio que se inició hace un par de cursos bajo la tutela de toda una garantía del trabajo de base como es Isma Cantó. En poco tiempo, deberían colocar a equipos en Infantil, Cadete o Junior como punteros en sus respectivos campeonatos.

Una misión en manos de un mito como Isma Cantó

“Ahora tenemos altibajos, como dice Isma nos quedan un par de años para tener a todos los equipos compitiendo en las máximas categorías o en categorías competitivas para que den el salto y ya estén preparados. No queremos ser un club ascensor en la cantera, buscamos que los chavales salgan siempre en una categoría autonómica”, nos dice Salva Gomar, miembro de la nueva junta directiva que contribuyó a colocar al Gandía en el camino que está recorriendo en la actualidad.

De la mano, entre otros, de toda una leyenda del baloncesto valenciano como es Isma Cantó. Formado en Llíria, sus extensos conocimientos en el trabajo formativo con los más jóvenes rigen los destinos de los casi 300 chavales que se visten cada semana con los colores morado y blanco de Units pel Bàsquet Gandía. Aprovechando las buenas infraestructuras con las que cuenta la entidad, gracias en parte al convenio firmado con el ayuntamiento y la escuela para disfrutar el pabellón, una cancha cubierta y otras dos canchas más al aire libre.

Trabajando y buscando una identidad de club, algo que reconocen sin tapujos que habían perdido por el camino. Junto a Isma, enrolados en la “utopía” de que “vayas a un campo y reconozcan tu juego”, explica Gomar. Que se juegue de una forma lo más parecida posible entre todos los equipos, con defensas al hombre, un juego rápido… pero también tratando de darle al chaval de la cantera algo más que baloncesto.

“No nos limitamos solo al basket, hacemos Escoleta en Navidad, ahora en Pascua y también en verano. Es algo que incluye piscina e inglés para que sigan con el baloncesto pero complementándolo con más actividades. Un multideporte para que los chavales tengan otros entretenimientos y puedan aprovechar las vacaciones”, nos detalla Salva Gomar, quien ofrece otra pincelada del plan trazado por un ‘visionario’ como es Isma Cantó.

“Ir a colegios, hablar con profesores de gimnasia, tenemos a dos o tres equipos metidos en las ligas escolares que organiza la Fundación Deportiva Municipal… los chavales ven al Gandía y quieren jugar ahí. Volver a hacer del Gandía un referente del baloncesto en la zona”, insiste alguien que ha vivido todo lo bueno y lo malo por lo que ha pasado esta institución, que durante mucho tiempo fue un ejemplo de liderazgo en la zona de La Safor.

‘Gandía estará donde los socios quieran que esté’

Y en recuperar ese liderazgo se emplean día y noche todos los que guardan relación de una u otra forma con Units pel Bàsquet Gandía. El club es capaz de meter a casi 1.000 personas en los partidos del equipo de EBA, y muchos socios de toda la vida continuaron apostando por el proyecto tras el concurso de acreedores. Apreciando la estabilidad y la seriedad de una directiva cuyo gran objetivo, más allá del de establecer un club competitivo con una gran y cuidada cantera, es el de conseguir un sponsor. El gran ausente hasta la fecha, el que debe ofrecer la tranquilidad económica para no depender siempre de unas instituciones públicas que ya no pueden ayudar tanto como en el pasado.

Sería el gran salto de calidad para lograr que el baloncesto en Gandía vuelva por sus fueros. Con la calidad humana y profesional que ya trabaja diariamente en el club sumada a la masa estable de socios que acude cada fin de semana a la cancha, ‘fichar’ a un sponsor provocaría que se mirara hacia arriba con más fuerza. Es el destino de Gandía y de su gran club de basket, el mismo que rozó la élite nacional y que ya lleva un par de años sentando las bases para que las futuras generaciones de La Safor vistan de morado y negro, colores que vuelven a estar de moda.

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