Territorio ‘zorro’ | Yo soy noticia

Allí, resistiendo y peleando contra proyectos y ciudades más grandes, sobrevive el equipo que más años ha militado en la categoría EBA. Ganándole a clubes con mayores presupuestos y truncando rachas tan espectaculares como la del Gandía, que hace unas semanas vio cortada su serie de 12 victorias consecutivas en la infernal cancha del Jovens Almàssera.

Esa es una de sus grandes armas, su fortaleza como local y saber explotar al máximo sus recursos humanos y de instalaciones. La empresa ‘Arroz Dacsa’ ya no presta el apoyo de antaño pero eso no ha mermado la ilusión de todos los que forman la familia del club. El zorro es el animal representativo de la zona y es el logo de la entidad, una imagen que le sienta de maravilla a una institución entregada al ingenio para salir adelante cada año y que encima viene de realizar su mejor campaña de siempre en EBA.

LOS AÑOS DORADOS DE EBA Y EL APOYO DE ‘ARROZ DACSA’

Es en el año 1967 cuando se pone en marcha el modesto proyecto del Club Jovens Almàssera, el equipo de baloncesto de una localidad valenciana que casi al mismo tiempo empieza a darse a conocer por el surgimiento y desarrollo de una empresa de arroz que acabaría convirtiéndose en un gigante empresarial como es ‘Arroz Dacsa’.

Ambas instituciones unieron sus caminos durante más de una década, formando parte de una época dorada de EBA antes de que se instaurase la categoría LEB. Eran tiempos en los que la segunda liga más importante de España tenía a todos los filiales de los equipos de ACB, propiciando que futuras estrellas del baloncesto pisaran, entre otras, el ‘coqueto’ pabellón del Jovens Almàssera.

foto colectiva

Por su cancha ha pasado gente como Tiago Splitter, Pau Ribas, Antonio Bueno, Lucas Victoriano o Berni Álvarez, y además el propio club valenciano ha tenido en sus filas a jugadores americanos que aportaban un nivel baloncestístico que los tiempos de crisis actuales han ido difuminando. Ahora ‘Arroz Dacsa’ apenas aporta lo necesario para que se mantenga la Escuela del club y el presupuesto general es mínimo, pero tanto entrenadores como jugadores saben que es un destino perfecto para crecer, un lugar del que todos los que han estado hablan maravillas.

FORMAR PERSONAS EN UN CLUB MODÉLICO

Así lo ve Fran Adell, el director deportivo y el hombre que más trata diariamente con la extensa cantera del Jovens Almàssera. Alguien que lleva muchos años ligado al baloncesto y que ha encontrado una estructura perfecta para desarrollar su forma de trabajar con los más jóvenes.

“Aquí es muy buena la libertad que existe, la independencia entre la parte administrativa y la parte deportiva. Los técnicos tenemos libertad absoluta en lo deportivo para hacer y deshacer. Trabajas a gusto, puedes poner en marcha tu filosofía y los entrenadores están cómodos porque no tienen presión, en ese sentido es un club modélico”, explica Adell, a quien secunda el directivo José Miguel Roig: “La directiva lo deja todo en manos del entrenador, el entrenador ve que es un sitio donde puede crecer”.

Entrenadores

Y eso también lo creen los chavales que forman la estructura del Jovens Almàssera: equipo de EBA, Junior masculino y femenino, tres Cadetes masculinos, dos Infantiles masculinos, dos Alevines, dos Benjamines, un Prebenjamín y un Predeporte. Que haya tan poca presencia de chicas se debe, como así reconocen sin problemas, “a un tema de instalaciones”. A día de hoy la filosofía es mantener una estructura masculina que esté bien y mantener el equipo femenino. Es un club sin tradición femenina, por lo que está siendo difícil que las chicas elijan jugar a baloncesto en la modesta localidad de 7.000 habitantes.

UN PROYECTO EN EXPANSIÓN

“Tenemos que recuperar algo del pasado que poco apoco se ha ido perdiendo, lo de cuidar al jugador de la casa. No nos tenemos que obsesionar con los resultaos, más con las personas y que la gente del pueblo esté a gusto con nosotros”, afirma Adell, que cuando dice lo de “cuidar al jugador de la casa” lo extrapola a todo el baloncesto de cantera en Valencia. 

Junior Femenino

Según él, “ahora mismo lo que hay es un baile de jugadores entre clubes, niños infantiles que fichan de un club a otro y creo que es malísimo para todos, nos estamos cargando las Escuelas”. Contra esto, se presenta el proyecto a largo plazo que el Jovens Almàssera está desarrollando y que implica la colaboración en centros educativos del entorno. Buscar convenios con ellos para los chavales de baloncesto, que este deporte llegue a los centros educativos y que como dice Adell, “todo ese trabajo que nosotros hacemos venga de vuelta. Sembrar y ya veremos lo que recogemos”.

Una muestra de que la preocupación máxima en el club que preside Toño Marí es la de aumentar los equipos de niños, cuanto más mejor porque al final irá saliendo calidad. Todos en la entidad consideran que las cosas marchan pero falta un poquito de gente, más madera para el ‘horno’ en el que se cuecen las promesas baloncestísticas de un club referente en cuanto al trabajo de cantera.

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