Redacción YSN
1) Ruta de La Hunde Recorrer los caminos de los montes de la Hunde y Palomera es asomarse a las tierras de Castilla, anunciadas por los restos de sus encinares que nos acompañarán en nuestras subidas y bajadas. Alimento del calor de los hogares durante tantos inviernos, continuaron siendo diezmadas durante el pasado siglo en […]
1) Ruta de La Hunde
Recorrer los caminos de los montes de la Hunde y Palomera es asomarse a las tierras de Castilla, anunciadas por los restos de sus encinares que nos acompañarán en nuestras subidas y bajadas.
Alimento del calor de los hogares durante tantos inviernos, continuaron siendo diezmadas durante el pasado siglo en estos parajes para alimentar las cocinas de nuestra guerra civil. Hoy, finalmente, el hacha parece haber alcanzado con nuestras viejas encinas una difícil tregua que quisiéramos duradera y no efímera.
Como eterna es la vista tendida hacia el Levante, desde el Pico de Palomera, buscando a su hermano menor, el Caroche, vigilante de la ribera valenciana, fuente de sus fuentes, puerta entreabierta a los interiores de cinglas y umbrías que ahora recorres. Y entremedias, el Valle «la Valle», tierras escalonadas en bancales hijos de mucha voluntad y no menos necesidad. Cultura agraria del secano salpicada de huertas crecidas al amparo de aguas que fueron generosas, y que en la Fuente de la Cadena, también serán el mejor laurel para tu travesía.
2) Ruta Montemayor
Sea principio y fin de esta ruta la casa de El Regajo, campos del cereal y del frutal, ganadera por partida múltiple y hoy también albergue rural, testimonio digno de la decisión firme de una familia de no querer perder la relación vital con la tierra que marcó la vida de los habitantes de esta comarca hasta mediados del siglo pasado.
Vidas trabajadas siempre a la sombra del que es Montemayor de Ayora, mayor por su cercanía, que no por su altura, y mayor también por haber sentido pasar junto a sus cinglas las procesiones de todos los mayos hasta lo alto de su ermita.
De nuevo en esta ruta, las vallas nos salen al paso y sus puertas nos señalan el antiguo camino de Alpera, a cuyos viñedos daremos vista, al recorrer nuevamente la tierra de frontera con Castilla. Y en la misma línea que fue divisoria de Reinos podremos contemplar el trazado del camino principal de acceso al poblado ibérico del Castellar de Meca, discurriendo sobre una ladera repleta del verde oscuro de las sabinas. Es esta una visión seguro que preñada de deseos de una vista más cercana a ese impresionante y mágico lugar. Hacer realidad esos deseos, bien seguro que no nos defraudará.
3) Ruta Sierra de Ayora
Los caminos de este recorrido nos adentran de lleno en la herida del arrasador incendio de julio de 1979: la tímida regeneración de los parajes de la Mariluna contrasta con la todavía densa vegetación de los rincones del Barranco del Robleda. Este barranco, que es futura Microreserva de Flora Valenciana, esconde a derecha e izquierda de la pista viejos y robustos ejemplares de roble, testigos de otros tiempos más pródigos en lluvias y nieves.
Gran parte de nuestro recorrido discurrirá siguiendo el trazado de la Cañada Real de Tortolilla, antaño conocida como Cañada Real de Andalucía por enlazar el sur peninsular con los ricos pastos invernales de la ribera valenciana.
Es esta una ruta que tozudamente nos muestra el pasado y el presente; de la vegetación y de los usos del monte. Así, si la Cañada podría hablarnos del discurrir de incontables rebaños y de su vocación de unir tierras y gentes, las vallas que también nos saldrán al paso nos sorprenderán con su vana intención de apresar el monte.
