Turismo Villena: Descubre la localidad alicantina de l’Alt Vinalopó | Yo soy noticia

Localización

En el noroeste de la provincia de Alicante, en la comarca del Alto Vinalopó, se encuentra la bella ciudad de Villena. En sus 344 km2 concentra una población de 34.928 habitantes, lo que la convierte en mayor término municipal del Alto Vinalopó.

Esta ciudad, que destila historia y patrimonio a lo largo de sus calles, tiene una privilegiada situación entre tres Comunidades autónomas: la valenciana, la castellano-manchega y la murciana. Su especial enclave condiciona su clima, caracterizado por la continentalización meseteña que se traduce en unas temperaturas extremas que oscilan entre los 3ºC y los 35ºC.

Junto a las condiciones climáticas, el relieve geográfico marca el paisaje general de la zona. Se trata de un altiplano con unas características paisajísticas entre meseteñas y mediterráneas. La zona está sometida a un sistema erosivo mediterráneo, en donde predominan las calizas, margas y arcillas, que componen algunas de las montañas de la zona, como la Sierra de las Salinas, con una altura máxima de 1.123 m en el Pico de la Capilla.

Origen

Historia de Villena ha visto pasar íberos, romanos, visigodos y musulmanes, pero buscar en los orígenes de la ciudad es más problemático. La primera noticia que se tiene de Villena es la del tratado de los musulmanes con Teodomiro en el año 713. En él se nombra la ciudad de BLNTIA (BILYANA a partir del siglo XI), que con la fuga de vocales propia de la escritura islámica, ha sido identificada por algunos investigadores como Villena.

Según los textos escritos que se han conservado, el aspecto general de la ciudad antes de la Conquista cristiana debió ser esplendoroso: jardines en los que el agua de la antigua Laguna y de numerosos manantiales jugaría un papel importante. En el área urbana los viajeros verían sus construcciones más sobresalientes, como los castillos de la Atalaya y Salvatierra y, probablemente, la mezquita situada en la Iglesia de Santa María.

Villena hoy

La imagen urbana de Villena a finales del siglo XVIII es la de una ciudad abierta que ya no tenía murallas, inserta en el camino del desarrollo con el paso, a mitad del siglo XIX, del ferrocarril que unía Alicante y Madrid, o con el trazado que la conectaba con Alcoy, creciendo con el signo de los tiempos. Y es aquí cuando la ciudad volverá sus ojos a la historia al incorporarse definitivamente a la provincia de Alicante en 1836.

 

El desarrollo actual de la ciudad ha propiciado que Villena sea una ciudad dinámica dotada de una infraestructura cultural y de servicios propia de una ciudad moderna; sirvan como ejemplo el magnifico Pabellón Deportivo Cubierto, el Polígono Industrial, la Casa de la Cultura, el Teatro Chapí, sus museos y otras muchas manifestaciones de toda índole que se desprenden de la lectura de las páginas siguientes.

Su afamado castillo

Villena es una vieja ciudad coronada por su más característico símbolo: un antiguo castillo de origen árabe. Al pie de esta fortaleza estuvo el primitivo núcleo urbano y a su alrededor ha crecido la población, a la que rodean extensos campos de cultivo. Después de la Reconquista fueron sus señores varones de ilustre linaje, los Manuel, Aragón y Pacheco; y constituyó, durante muchos años, la capital de un extenso marquesado que influyó en la historia nacional.

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Gracias a las excavaciones arqueológicas practicadas por José María Soler en la década de los setenta del pasado siglo, sabemos que el origen del Castillo de la Atalaya se remonta a finales del siglo XII. Su emplazamiento en el cerro de San Cristóbal, una moderada elevación de la Sierra de la Villa, le permitió ejercer el control y la defensa del territorio circundante.

Su uso se prolonga en el tiempo desde época musulmana hasta la Edad Contemporánea, viviendo acontecimientos diversos desde la ocupación musulmana de estas tierras hasta la Guerra de la Independencia. Tras la conquista cristiana en 1240, la fortaleza pasó a manos del infante de Castilla don Alfonso, quien creó el Señorío de Villena para su hermano el infante don Manuel, de quien lo heredó don Juan Manuel.

El insigne escritor pasó mucho tiempo en dicha fortificación dedicado a la literatura y la caza y reforzó las defensas del Castillo para alojar a su prometida, hija de Jaime II de Aragón, que permaneció varios años en el castillo hasta alcanzar la mayoría de edad para poder contraer nupcias con Don Juan Manuel. Arquitectónicamente, presenta doble recinto amurallado de planta tendente a rectangular.

La muralla exterior está defendida por doce torreones y la interior por cubos circulares y una gran torre del homenaje de cuatro pisos, los dos primeros son musulmanas y el resto cristianas tal y como evidencian los escudos de armas de Juan Pacheco, marqués de Villena, situados en las cuatro caras de la fachada.

Lo más destacado de esta torre son las bóvedas almohades de las dos primeras plantas, las escaleras de bovedillas apuntadas y los grafitos que se conservan en las paredes de las diferentes salas, de simbología islámica y cristiana realizados por los prisioneros de las guerras de Sucesión y de la Independencia.

Fuente: Turismo Villena

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