Sergi López Revert
La luchadora de origen Bosnio, ha entrado por la puerta grande en la historia de las artes marciales mixtas nacionales al lograr la triple corona y convertirse en una referencia internacional.
Hay situaciones en la vida que marcan a uno para siempre, y sin lugar a dudas la guerra es una de ellas. La luchadora hispano-bosnia Zejna Krantic la vivió en sus propias carnes cuando con tan sólo tres años vio estallar la guerra de Bosnia, y esa vivencia ha dejado huella en su carácter y la forma en la que afronta la vida.
Una vez superado el conflicto y ya con 19 años, decidió emprender la aventura de conocer mundo y llegó a Galicia hace 14 años, luego se mudó a Asturias para recalar de forma definitiva (al menos por ahora) en Guadalajara en 2019, dónde entrena a las órdenes de su maestro Chinto Mordillo, una de las grandes leyendas de las Artes Marciales Mixtas a nivel nacional y que además de promotor de combates de MMA, no dudó en ningún momento de lo que tenia ante sus ojos con Zejna, una luchadora en todos los sentidos.
Zejna Krantic: «Llevo 3-4 meses trabajando por la mañana, entrenando al medio día y volviendo al trabajo por la tarde, ha sido una auténtica locura».
Hace una semana, se marchó a Georgia para combatir por el título europeo en Tifilis ante la luchadora local y gran favorita Sofiia Bagishvili, que llegaba a la cita como número 1 de la KSW (Konfrontacja Sztuk Walki), pero sin embargo fue la española la que se llevó el gato al agua en la categoría de 52 kilos.
Este título lo llevaba esperando «mucho tiempo. Cuesta mucho esfuerzo poder estar en forma en un deporte del que no podemos vivir. Tengo que hacer un esfuerzo tremendo para poder entrenar y competir y hacerlo al máximo nivel. Llevo 3-4 meses trabajando por la mañana, entrenando al medio día y volviendo al trabajo por la tarde, ha sido una auténtica locura, de hecho hoy es el primer día que no haré ni una cosa ni la otra», nos cuenta Zejna Krantic.
Empezó en esto por casualidad «viendo en un gimnasio como entrenaban a Jiu Jitsu, y me llamó mucho la atención. Al final siempre me han atraído los deportes de contacto y me dieron la oportunidad de intentarlo, pero además por mi carácter me abrieron la puerta a probar un entrenamiento de MMA y claro, no dije que no. En ese mismo momento me di cuenta de que eso era lo mío», reconoce la Campeona de Europa.
Una vida marcada por la guerra
Llegó sola a España pero no huyendo del horror, (eso lo vivió en primera persona), si no por su espíritu aventurero. La guerra marca mucho a una persona, «cuando empezó, yo me quede con mis abuelos y me separaron de mis padres, porque mi padre era militar y mi madre vivía en Croacia, de hecho los conocí con 7 años, imagínate lo que es eso», cuenta la hispano-bosnia.
Zejna Krantic: «He tenido que esconderme debajo de la basura durante una semana y tener que pasar tiempo sin nada que comer».
Viviendo con sus abuelos tuvo que vivir situaciones como esconderse debajo de la basura «durante una semana, no tener nada de comer y pasarlo muy mal, pero he recibido la mejor educación posible dadas las circunstancias. Por mucho que quiera describirlo que vivirlo porque es algo muy duro y éramos una familia muy humilde, soy quien soy gracias a esa situación», explica Krantic.
Las personas que la conocen, «saben de sobra lo que ha marcado esto. De hecho siempre me dicen que soy la persona más dura que han conocido, soy muy sentimental, pero es verdad que soy muy resistente. He tenido que pasar muchas dificultades para ser quien soy y las sigo pasando para ser deportista de élite cada día, porque no es nada fácil”, dice Zejna.
De hecho el esfuerzo que tiene que hacer es enorme hasta el punto de salir «llorando del entrenamiento porque es muy duro y es un mundo muy complicado. Tenemos que trabajar muchísimo para poder lograr los objetivos, pero al final no hay otro camino. Al final que la gente te diga que está orgullosa de ti o que se inspiran en ti para seguir tu camino es impresionante», comenta.
Esa situación añade un poco más de presión «porque cuando ganas algo importante al final tienes que responder. Antes de mi primera victoria nadie daba un duro por mi, pero cuando ganas mucha gente espera que lo hagas siempre y no son conscientes de lo que cuesta. Este europeo era un peso enorme por mí, porque es muy complicado ganar y tenía que responder por toda la gente que estaba conmigo», concluye la campeona.
