Una generación de bronce | Yo soy noticia

El baloncesto valenciano masculino no suele lograr demasiados éxitos fuera de sus fronteras. De hecho, las medallas en campeonatos de España se pueden contar con los dedos de la mano tanto en clubes como en selecciones autonómicas. Bien es cierto que la dificultad aumenta año tras año debido a la apuesta descarada de varios equipos por proyectos de jugador extranjero, pero las actuaciones valencianas tampoco habían sido brillantes antes de ese ‘boom’. Sin embargo, todo ha cambiado con los chavales de la generación del 99 y 2000. Ellos reescribieron la historia el pasado mes de enero en Valladolid tras lograr la primera medalla cadete de la Selección Valenciana.

Un bronce que sabe a gloria porque en las 22 ediciones anteriores del campeonato de España de esa categoría ninguna escuadra valenciana se había acercado al podio. Liderados en el banquillo por Quique Roig (entrenador del primer equipo del Units pel Bàsquet Gandia) y en la cancha por Josep Puerto, lograron la machada después de ganar a Andalucía en el partido decisivo por el tercer y cuarto puesto (74-60). Precisamente, Puerto es el jugador más interesante de este grupo: un exterior con un físico enorme y buen uno contra uno que está jugando ya en el Junior A del Valencia Basket (dos años por encima) y con las inferiores de España. Si consigue mejorar su tiro y olvidar los problemas de lesiones, bien vale la pena apuntar este nombre. En el campeonato promedió 13,5 puntos, 5,7 rebotes y 11,5 de valoración.

Pero hay más. El conjunto ‘taronja’ es el club que más jugadores aporta a esta selección con seis. Álex Brown (también internacional con España) y Álex Vergara forman una dupla interior necesaria para combatir a los pívots rivales, mientras que Javi Soler y Guille García son los dos únicos jugadores de primer año que pasaron el corte final. El primero se destapó en el tercer y cuarto puesto con 17 puntos, mientras que el segundo fue uno de los anotadores más regulares del equipo durante todo el torneo. Por su parte, el base Nacho Benítez se erigió como una de las sorpresas agradables de Valladolid por su facilidad para aportar en todas las facetas, demostrando una gran progresión en sus dos últimos años. Todos ellos fueron decisivos en el buen hacer de la selección, que ni mucho menos partía como favorita para besar metal.

Lucentum Alicante aportó cuatro jugadores a la cita (Antonio Guilló, Kike Moreno, Javi Alós y Enric Pascual), mientras que Andreu Melis (NB Torrent) y Pedro López (Amics Castelló) completaron la convocatoria. Todos los chavales, formados aquí. Algo que choca si miramos, por ejemplo, a una selección madrileña que llevó cinco jugadores extranjeros. Una paradoja sin mucho sentido en un torneo de selecciones autonómicas desleal capaz de ver a un serbio defendiendo los interereses de la Comunidad de Madrid. Como si fuera la selección catarí de balonmano en el pasado Mundial. Alguien debería revisar aquello antes de que se pervierta todavía más.

Los nuestros ganaron a Euskadi y Cantabria para plantarse en una semifinal que compitieron contra Catalunya hasta el tercer cuarto. Allí, el mayor nivel físico de los catalanes se impuso con 17 rebotes de Mamadou Diop. Lo que hablábamos antes: la ventaja física de poder contar con interiores africanos quizás no es tan grande como en infantiles, pero todavía se nota. De todas formas, eso da incluso más mérito a la hazaña conseguida por los cadetes. Un ejemplo de que el baloncesto valenciano todavía puede dar más de sí. Muchísimo más.

Aviso de cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Puede cambiar la configuración u obtener más información ‘aquí’.

Aceptar Cookies