El guardameta, que tuvo que ser operado de urgencia el pasado mes de diciembre, va volviendo a la normalidad mientras prosigue con sus tratamientos y cuidados por parte de especialistas y de su familia. Su equipo ha estado luciendo su camiseta con su nombre debajo de la equipación en cada partido disputado desde entonces, y el Torre Levante no deja de arroparle y prepararle actos como el de este sábado por la tarde.
En el campo de Orriols, Ferrán y su familia no se perdieron el partido que el primer equipo jugaba contra el Crevillente, un rival directo en la pelea por los puestos de playoff de ascenso que finalizó con empate a uno. El resultado importó, pero los 90 minutos estuvieron impregnados de sentimiento y de cariño hacia su figura.
En la previa realizó el saque de honor y se fotografió con todo el equipo, recibiendo una gran ovación del respetable que acudió a las gradas, y cuando marcó el gol del empate More, éste corrió rápidamente a dedicárselo a Ferrán. Lo curioso fue que el portero ya había abandonado el estadio rumbo a su domicilio, precauciones lógicas porque además iba bajando poco a poco la temperatura y todavía hay que ir vigilante con todo lo que rodea al chico.