Compromiso y muchos kilómetros, la fórmula que ha convertido a Andrea Silva en subcampeona del mundo | Yo soy noticia


La patinadora Andrea Silva se ha proclamado a sus 21 años como subcampeona del mundo de patinaje artístico en el mundial celebrado en Paraguay. Con la plata en este campeonato, completa una temporada llena de éxitos, a la que recientemente se le añadió el bronce conseguido en el Campeonato de Europa.

Un éxito que además ha firmado en su primer mundial como senior, y del cual poco a poco empieza a ser consciente de lo que ha logrado. «Me ha costado mucho asimilarlo«, reconoce la propia Andrea Silva, explicando que hacerse con esta medalla de plata ha sido un sueño para ella.

De hecho, este mundial en un principio no entraba dentro en sus planes. «Yo únicamente estaba convocada para el Europeo. Al mundial solo iban a ir el mínimo numero de personas, por todo el problema de la pandemia, y porque se celebraba muy lejos», y como ella comenta, no formaba parte de la lista nacional para acudir a la cita en Paraguay. Sin embargo, el bronce en el Campeonato de Europa lo cambió todo, y dos semanas antes de dicho mundial, la federación anunció excepcionalmente una segunda convocatoria en la que sí la incluía.

 

«Si ya fue una sorpresa ir al mundial, imagina conseguir la medalla de plata», responde entre risas a la pregunta sobre si esperaba un resultado como el conseguido. «Básicamente el objetivo era disfrutarlo, hacer los programas como los había entrenado y que me salieran bien», apunta, reconociendo que para ella el acudir al campeonato, y más de la forma que se había dado, era como un regalo.

«No me había planteado quedar segunda. Fue increíble»

Andrea relata con mucha emoción los momentos posteriores al programa largo, en los que con cierta incredulidad observaba como se gestaba el subcampeonato. «Fue increíble, no me lo esperaba para nada«, recuerda la subcampeona del mundo con evidente tono de satisfacción.

Una medalla con mucho trabajo detrás

Andrea Silva explica que ha sido una temporada larga, con muchas horas de entrenamiento a sus espaldas. «Esta temporada nos la hemos currado como la que más», comenta.

A lo largo del año entrena entre 5 y 6 días a la semana, aunque apunta que cuando se acercan los campeonatos, la rutina se hace más intenta. «Hacemos danza clásica, contemporánea, flexibilidad, preparación física y todos los entrenos de técnica en pista con patines», enumera respecto a sus entrenamientos en L’Aldea (Tarragona).

Todo esto incrementa en su mérito cuando pasamos a su día a día más allá del deporte, pues actualmente compagina el patinaje con sus estudios universitarios en Medicina. «Los lunes y miércoles por la mañana voy a la universidad en Valencia, y después cojo el tren para subir a L’Aldea a entrenar», explica.

Para la próxima temporada, el objetivo es intentar seguir por la misma línea que este año, y con la mirada puesta en los World Skate Games que se celebran en 2022 en Buenos Aires. «Confirmar trabajando, ser constante y que luengo en competición salga el trabajo que haces», añade.

De Alcoy a Tarragona semana tras semana

El camino de Andrea Silva por el mundo del patinaje empezó pronto. «Siempre he querido patinar«, comenta, apuntando que fue a los 7 años cuando sus padres le apuntaron en su primer club. Pero todo cambió a los 9 años cuando el que todavía hoy en día es su entrenador, Manel Villarroya, apareció en su vida.

«Con 9 años le pedí a mis padres si podía ir a algún campus o alguna tecnificación. En diciembre subí un día a L’Aldea a entrenar, y Manel nos planteó que pudiera acudir más regularmente«, y así comenzó un proceso que pronto daría sus frutos siendo campeona de España alevín en 2010.

Desde muy pequeña Andrea mostró su compromiso por el patinaje, y comenzó a recorrer todos los fines de semana los 300 kilómetros que separan Alcoy con el municipio tarraconense. «Hacía siempre el esfuerzo de ir a entrenar, pero yo era la primera que quería ir. Al final era más sacrificio para mis padres, que eran los que me tenían que llevar, porque cuando era más pequeña no podía coger un tren a solas», explica. Este meritorio esfuerzo se repitió año tras año, hasta 2019 cuando ya se instaló en L’Aldea.

Recuerda esa etapa como muy dura, sobre todo cuando coincidió con temporadas exigentes en lo académico, como por ejemplo con el bachillerato. Reconoce que sin la ayuda de su entrenador no lo habría conseguido. «Manel siempre me ha apoyado y ayudado, y me ha ofrecido todo lo que necesitaba. Una persona de 10. Si no fuera por él, no habría llegado a donde estoy«, comenta agradecida.

Por todo ello, la medalla de plata conseguida en el mundial sabe a oro. Demuestra, como ella dice, que todo el trabajo previo ha merecido la pena y ha dado sus frutos. Y gracias a todo ello, hoy Andrea Silva puede decir orgullosa: «Soy subcampeona del mundo».

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