Israel Molina Gómez
Sin saber qué ocurrirá con la prueba tras los Juegos de París, el atleta viene de brillar en la Copa de Europa, apunta al campeonato continental sub-23 de este verano y pide "comunicación" para solucionar los problemas de una prueba que es un emblema del atletismo
La marcha atlética siempre ha sido una prueba muy especial para el deporte español. Desde la leyenda de García Bragado, el oro mundial de Miguel Ángel López, las medallas olímpicas… Es una modalidad que ha dado muchas alegrías a nuestra delegación atlética y, ahora, cuando el talento joven aflora, la especialidad atraviesa un momento complicadísimo sin saber qué ocurrirá de cara al futuro.
En Podebrady, en la República Checa, se ha vivido el último gran capítulo español de la marcha hace apenas dos semanas en la Copa de Europa. María Pérez y Álvaro Martín destacaron por encima del resto, con una actuación coral de los equipos espectacular, demostrando que somos una de las grandes potencias mundiales de la prueba.
El Europeo sub-23, gran objetivo del verano
En el equipo masculino rindió a un grandísimo nivel el joven Paul McGrath (7 de marzo de 2002), el último talento que se ha forjado en España. «Estoy bien, muy contento después de la Copa de Europa, recuperándonos del esfuerzo y ya pensando en construir las bases para llegar bien al 12 de julio, que tengo el Europeo sub-23, el gran objetivo de lo que resta de temporada», cuenta a Yo Soy Noticia el joven deportista.
«Salió un día redondo, una competición espectacular, tanto a título personal como colectivo. Ahora ya sé que estoy ahí entre los mejores de Europa a nivel absoluto»
Sin embargo, como es ambicioso y sabe que tiene margen de mejora todavía, deja claro que «aún le queda bastante» para llegar hasta donde quiere llegar. «Voy en el buen camino, en una línea muy positiva, sobre todo si pienso en el año que viene, que tenemos los Juegos y tengo que intentar explotar eso que todavía me falta para poder ganarme la plaza y estar en París 2024«.
El éxito en Podebrady ha sido muy importante para McGrath a todos los niveles, puesto que venía de un mal Campeonato del Mundo de selección en Omán y ya se ha podido sacar esa espina. «Tenemos que asumir que en el deporte de élite no solamente se consiguen victorias; siempre habrá más fracasos que triunfos», cuenta.
«En Omán me fue muy mal, llegué bien, en forma, pero no se dieron las cosas. En cambio, en esta Copa de Europa llegué con sensaciones parecidas y todo salió perfecto. Ha sido la mejor carrera de 20 kilómetros que he hecho hasta ahora», sigue diciendo al respecto.
«Los 20 kilómetros marcha es una prueba muy exigente a nivel mental y el ir cogiendo experiencia en competición suma mucho»
Hay tanto nivel en el equipo español que ninguno de los que están peleando por acudir a los grandes campeonatos se pueden relajar mínimamente. McGrath se queda este año fuera del campeonato absoluto del verano con una gran marca que en cualquier otro país le hubiera dado el billete.
España, cuna de marchadores
Intenta ver el vaso medio lleno a esto. «Sé que el día que consiga clasificarme llegaré a ese campeonato muy bien preparado porque aquí tenemos el primer gran desafío de clasificarnos. Una vez lo consigues ya sabes que estás en disposición de soñar por todo porque ya has derrotado a gente muy buena», cuenta sobre la importancia de medirse diariamente a unos compañeros que son referentes internacionales.
«En España el nivel es altísimo, hay mucha tradición y la gente es muy buena. Yo lo veo como algo positivo porque eso me obliga a dar el 100% en cada entrenamiento»
Alejado del Campeonato del Mundo de la categoría absoluta, ese europeo sub-23 es el principal reto del verano. «El objetivo es el oro», dice con ilusión. «Vengo de ser campeón de Europa sub-20, así que saldremos a por el oro, aunque si me traigo la plata o el bronce también me volveré contento. Quiero ganar el oro y hacer la mejor carrera posible».
Porque también tiene en mente la mínima olímpica, algo que quiere lograr cuanto antes. «El problema es que en estos campeonatos no se puede hipotecar el oro por hacer una buena marca», trata de explicar. «Tengo que medirme, pero sí es algo que tengo pensado. Si sale una carrera rápida, mucho mejor, porque será una buena oportunidad para buscar esa mínima. Al final, no es sencillo porque no tenemos muchas pruebas para hacerlo durante la temporada. La idea es entrenar para llegar muy bien y a ver qué tal sale».
La crisis de la marcha atlética
Y todo esto en una situación muy complicada para la marcha mundial, con cambios constantes en las disciplinas, con el miedo a que la especialidad desparezca del programa olímpico de Los Ángeles 2028…
«Tenemos tanta incertidumbre que si lo empiezo a pensar me vengo abajo. Voy día a día porque si no se te cae el mundo encima. Hablas con gente, lees noticias y empiezas a darte cuenta que te pueden quedar dos telediarios»
Esa es la realidad con la que están entrenando y compitiendo estos atletas. «El problema es muy grande, es terrible lo que nos está pasando. Tenemos que esperar a ver qué pasa después de París, donde se supone que haremos los 20 kilómetros y la prueba de relevos, pero no sabemos nada de cara a 2028, pero tenemos un miedo muy real por si no hay marcha».
Él, a título personal, está dispuesto a cambiar de distancia, pero reconoce que su miedo no es este, es mucho más grave. «Si la marcha sale del programa olímpico le estás cavando la tumba. Eso nos mata a todos y será muy difícil de recuperarlo. Nosotros estamos luchando por lo único que queremos, que es que siga la marcha».
Confía en que los altos dirigentes les escuchen. «Todo lo que está pasando -han eliminado la prueba de los 50 kilómetros, han tenido dos Mundiales de 35 kilómetros y ahora se reduce a los 20 kilómetros y a los relevos- lo han decidido desde arriba y nosotros no hemos tenido palabra. Es muy preocupante y queremos que haya comunicación«.
«Y ese es el mayor miedo, que nos la quiten y no podamos hacer nada. Si nos cambian la distancia, pues nosotros somos marionetas y nos adaptaremos, pero si la quitan de los Juegos, nos matan a todos»
