Mateo Codoñer y un sueño de hermanos: «Los Ángeles 2028 lo veo posible» | Yo soy noticia


El doble campeón del mundo participó en el programa de radio y televisión de YoSoyNoticia.es que se emite todos los lunes (14:00h-15:30h) en Radio Intereconomía Valencia y El Toro TV, en el que pudimos conocer más en profundidad a Mateo Codoñer. Además de repasar los éxitos internacionales logrados en la última temporada junto a su hermano Simón, y qué metas y objetivos tiene por delante el joven valenciano.

Pese a que todavía tiene 16 años, Mateo demuestra tener la cabeza muy asentada. A lo largo de la charla mantenida en el programa se pudieron ver en él dos características que podrían definirle perfectamente: la ambición y la pasión por el mar.

Ambición, porque no tiene metas pequeñas. Sueña a lo grande y quiere seguir consiguiendo los éxitos que por ejemplo pudo realizar en el pasado 2021. Y con el objetivo y sueño de todo deportista: participar en unos Juegos Olímpicos. Es consciente que todo ello requiere de un gran sacrificio, pero ahí es donde entra su pasión por el mar. Es su vida, y piensa estar ligado a ello siempre.

Un año para enmarcar y un futuro para soñar

Lo que han hecho Mateo y Simón Codoñer en la modalidad 29er durante el último año es extraordinario, como tiple campeones de España  (sub17, sub19 y absoluto), y doble campeones del mundo (sub17 y absoluto). Reconocimientos por los que fueron premiados en la última Gala del Deporte YoSoyNoticia.es. Además, también cerraron el año con un nuevo logro internacional con la plata conseguida en el mundial por selecciones de la World Sailing representando a España.

«Los JJOO es un sueño, que lo veo posible, pero todavía falta»

 

«Con la mirada puesta en revalidar los títulos que conseguimos en el 2021″, comenta Mateo al ser preguntado por sus objetivos para el presente año. Aunque si miramos más a largo plazo, el objetivo está claro: «Por así decir, estamos empezando a ver el cielo para encaminarnos a las olimpiadas de 2028».

 

Mateo no se esconde, sueña con estar en Los Ángeles 2028. Nos explica que como reconocimientos, los JJOO «es lo máximo», como también destaca respecto a la Copa América. «Es un sueño, que lo veo posible, pero todavía falta», expresa el valenciano demostrando tener los pies en el suelo. Es consciente además del sacrificio que supone un ciclo olímpico: «Tienes que estar navegando casi todos los días. Muy pocas veces ves a tu familia».

Para ello, tendrán que hacer una transición al 49er que es modalidad olímpica. «Tenemos pensado entre 2023 y 2024 para dar el paso», apunta Mateo. La causa son las dimensiones del barco. «Es por el peso y la altura. Es un barco que es casi el doble, y que no hay que ser niño para manejarlo», añade.

Una vida ligada al mar

Desde muy pequeño comenzó a navegar, empezando por Optimist. Un vínculo con el mar que siempre ha tenido. «Mis padres hacían windsurf en sus tiempos. Esa pasión por el mar me viene un poco por ellos, pero bastante por mi. Siempre que hay un mínimo de viento, salgo a navegar», comenta Mateo.

A lo largo de la semana, le dedica bastante a la navegación. Sobre todo en los fin de semana, pues las tardes entre semana son todavía difíciles de compaginar con los estudios de su hermano que cursa todavía la ESO. Entonces, siempre que puede dedica esas tardes al kitefoil. «Es mi manera para desfogarme del 29er. Pasamos muchas horas y debemos tener una válvula de escape», explica.

En cuanto al trabajo en el agua en fin de semana, lo dedica casi a tiempo completo. «Nos levantamos prontito para preparar el barco y estar listos, y ahí hasta que se hace de noche», relata con naturalidad, pues no parece ser demasiado sacrificio para él. Es su pasión y lo que realmente le gusta hacer. De hecho, bromea al respecto: «Incluso cuando ya es casi de noche me quedo en el mar. Si me dieran un plato de cena me quedo ahí».

«El barco es como mi novia»

Y el mismo mimo que le pone al entrenamiento, se lo pone al barco. «Un barco que no esté bien trimado no rinde tanto como uno nuevo», explica Mateo. «El barco es como mi novia. Hay que cuidarlo como si fuera mi novia, me dice mi padre», resume entre risas.

Su vinculación con el mar es tal, que no contempla un escenario sin navegar. «A mi me gustaría trabajar en el mundo de la vela en un futuro», responde al ser preguntado por sus metas no deportivas, aunque matiza que le gustaría estudiar ADE y Derecho, como sus padres.

Todo queda en familia

Mateo ha encontrado en su hermano un aliado en su deporte. Como es normal entre hermanos, reconoce que «hay más piques, porque la confianza tiene mucho que ver». Sin embargo, cuando hay que entrenar o competir todo cambia.

«A la hora de cambiar el chip y ponernos modo regata, es impresionante», destaca Mateo, pues actúan casi como si fueran uno. «A veces voy a decirle algo y ya lo está haciendo», comenta al respecto. Otro punto positivo es el tema organizativo, que al vivir en la misma casa explica que es mucho más cómodo.

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