El wakeskate no es un deporte demasiado conocido en España y por eso el nombre de Telma Cester todavía no retumba en los oídos de la gente, sin embargo, eso no es algo que preocupe a esta joven de 16 años, que lleva desde los cinco subida a una tabla y que desde hace unos pocos meses ya puede presumir que es la mejor de Europa de su especialidad.

«Es verdad que mucha gente todavía no conoce nuestra deporte«, cuenta ella. «Por explicarlo un poco, hay que saber que son dos modalidades, que es parecido al snow y al skate, pero en el agua y llevado por un cable. El resumen es que vas subida en una tabla y llevas los pies enganchados a ella», explica para que la gente pueda hacerse un mapa mental en su cabeza.

Un deporte que dar a conocer

Es consciente de que en España poca gente lo practica, pero su historia es bastante lógica en este aspecto. «Cuando yo era muy pequeña, iba con mis padres y ellos ya hacían algo en esos fines de semana».

«Con cinco años ya empecé a meterme en el agua. Era una niña y ya había empezado a practicarlo, aunque todo cambia cuando se pudo empezar a hacer en el Canal Olímpico de Barcelona»

Por seguir contando cosas sobre el deporte que ha marcado su infancia y que está marcando su adolescencia, resume que es puntuado por jueces, quienes valoran los trucos y las vueltas que dan los deportistas. «Y si te caes pues lógicamente no consigues ningún punto».

Foto: Nuno Vasconcelos (@arkosports)                                                            Foto de portada: Europeos de Polonia

Aunque se trata, por tanto, de una de esas especialidades deportivas muy minoritarias, ella ve cierta evolución en los últimos tiempos. «Cada vez se ve a más chicos y más chicas haciéndolo. Es algo que a mí me gusta ver porque quiere decir que la gente lo va descubriendo poco a poco».

Eso sí, deja claro que España está muy lejos de otros países donde el wateskate está mucho más afianzado. «Alemania o Francia no tienen nada que ver con España. Aquí solo tenemos dos o tres cables para poder practicarlo. Hay mucha diferencia entre esos países y el nuestro, pero tenemos que seguir trabajando y mirando hacia delante».

El sueño olímpico

Una de las cosas que lo cambiaría todo sería que se convirtiera en deporte olímpico, un camino muy largo por recorrer todavía. «Es algo que a los deportistas nos gustaría mucho, claro», dice claramente. «Se habló en los últimos Campeonatos de Europa, pero es todavía muy complicado. Ya es un primer paso que se esté intentando y ojalá que ese día pueda llegar en algún momento».

Por el momento, las dos grandes competiciones que tiene tanto ella como sus rivales son los Campeonatos de Europa y del mundo, dos citas donde esta joven prodigio del wate ya ha dejado su sello con tan solo 16 años.

«Yo empecé a participar en la categoría absoluta de los grandes campeonatos con 11 años. A esa edad ya fui segunda europea y ahora he conseguido ser campeona. El siguiente gran objetivo son los Mundiales»

Lo explica con toda la naturalidad del mundo, pero hay que detenerse en las cifras. Con tan solo 11 años, siendo una niña, ya estaba peleando por ser la mejor de Europa, al tiempo que iba logrando títulos mundiales júnior.

Foto: Julia Castro

Próximo reto: ser campeona del mundo

Así que ser campeona del mundo es el gran reto a corto plazo. «Quiero llegar bien a ese campeonato. Todavía no sabemos a ciencia cierta dónde y cuándo se hará, aunque normalmente se hace en octubre y en Tailandia, pero con esto del covid todavía no lo tenemos 100% seguro».

Pese a tener estos resultados a una edad tan temprana, sabe que vivir de su deporte no será fácil en el futuro al tratarse de una modalidad que está fuera del programa olímpico. «No tenemos muchas ayudas al ser un deporte bastante desconocida, pero sí tengo alguna beca por ser deportista de élite. Y hay algunos patrocinadores privados que quieren apoyarme y que les gusta lo que hago», resume.

Por eso trata de dar toda la visibilidad que puede a esas marca. «Las redes sociales son muy importantes; hay que tenerlas activas para que la gente pueda ver lo que hago, para que los sponsors tengan el mayor retorno posible y que mis seguidores sepan que estoy haciendo. Es fundamental».

Y la gran ventaja que ella misma explica que tiene estar en la élite del wateskate es la posibilidad de viajar.

«Con 16 años ya he recorrido unos 12 países. Me encanta viajar e intentar aprovechar algún hueco, si la competición lo permite, para hacer turismo y conocer otros lugares. Eso depende del tiempo que estamos en cada sitio, pero creo que es un lujo poder conocer otros países  y otras culturas»