Ánder Martín y cómo un chico de una familia de pescadores llegó a la élite del remo nacional | Yo soy noticia

La vida del remero Ánder Martín está pasada por agua, siempre tuvo claro que su trabajo tenía que tener relación con el agua, y aunque probó en muchos deportes, ninguno le cautivó hasta que probó el remo por primera vez. «Me enganché desde el primer día. En el momento lo probé tuve claro que iba a ser mi deporte y que tenía que lograr algo importante. Lo sentí la primera vez», cuenta.

Se emociona al recordar esos primeros momentos en los que descubrió el remo, especialmente al hacerlo ahora mismo, cuando está en su Torrevieja natal pasando el confinamiento. «Yo vivo en Torrelamata, que es una pedanía de Torrevieja que vivió sobre todo de la pesca y de la sal», explica sobre sus inicios en este deporte, que fue a los diez años, en categoría alevín.

En todo este proceso tuvo una gran importancia Ramón Ferrer, su entrenador, que supo ver todo el talento que tenía dentro y lo explotó hasta convertirlo en lo que es a día de hoy, uno de los mejores remeros de España.

«Toda mi familia por parte de padre es de pescadores y siempre hemos estado muy ligados al agua. El mar siempre me ha encantado, supongo que era el destino que acabara haciendo remo»

Todos esos pasajes afloran en su cabeza ahora en esta cuarentena, un periodo de incertidumbre y del que nadie sabe cómo saldrá. «Yo en un principio me lo esperaba peor de lo que está siendo. No sabía que iba a pasar con todo el trabajo hecho hasta el momento porque fueron unos días muy locos. No sabíamos si nos iban a echar del Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sevilla y fue de un día para otro. Nos pilló por sorpresa», va contando.

Sus entrenamientos en casa

Sin embargo, al llegar a casa la realidad le dejó ver un panorama muy agradable. «Me dio mucho miedo por el tema de los entrenamientos, pero aprovecho para estar con mi familia, estoy muy a gusto, estoy motivado, todo el mundo me está apoyando mucho, puedo hacer bastantes cosas y he podido habilitar una pequeña habitación para tener todas las cosas que necesito para entrenar«.

Aunque sí tiene claro que en el aspecto del rendimiento, esta situación va a ser muy perjudicial, especialmente porque los remeros «necesitan el contacto con el agua«, algo fundamental en su deporte.

«Tengo un ergómetro, que es el simulador de lo que hacemos en el barco, pero no tengo la sensación del agua, que es muy diferente. Voy a poder mantener mi forma física, pero necesito el agua»

Al margen de sus rutinas diarias para perder el menor rendimiento posible, Ánder Martín está realmente preocupado por la crisis del coronavirus. «Creo que nos hemos tomado un poco a broma todo esto. Nadie se esperaba que fuera a llegar a tanto y no se tomaron las medidas necesarias a tiempo», va explicando el deportista. «No podemos seguir sin respetar las medidas impuestas, hay que hacer caso y esto es trabajo de todos. Yo tengo miedo a que esto se alargue mucho más, se creará una situación muy complicada».

Y es que el alicantino tiene entre ceja y ceja el Mundial sub-23 de este año, que se celebra a finales de agosto en Eslovenia. «De momento sigue en el calendario, hay esperanzas de que se pueda disputar. Y después está el tema de los Juegos, que no era un objetivo real, pero que estaba ahí. A mí, a título personal, me viene bien el aplazamiento porque soy joven y tengo margen de mejora. Se ha aplazado también el selectivo, así que en ese aspecto me viene bien. No es algo prioritario, pero si se puede dar, pues perfecto».

Y es que Martín tiene claro que su reto es completar dos ciclos olímpicos. «Estoy seguro de que lo voy a lograr». Y pone el foco en París 2024 y Los Ángeles 2028, que son los que mejor le pillan por edad.  «Iré a por ello».

Falta de infraestructuras y de afición

Sobre los problemas del remo español, para el valenciano el principal problema está en la falta de infraestructuras, algo que difiere bastante del piragüismo, que tienen modalidades de 200 o de 500 metros.

«Aquí no tenemos láminas de agua tranquila de dos kilómetros, que es lo mínimo que hace falta. En España solamente tenemos la zona del Guadalquivir en Sevilla, Castrelo de Miño y el lago de Bañolas»

Además, habla de que esta falta de agua provoca falta de afición. «Es lo contrario de lo que ocurre en Reino Unido o en Nueva Zelanda, que son países más pequeños que España, pero tienen agua por todos lados y por eso son potencias del remo mundial», resume.

Por último, cierra la charla hablando de la importancia que tiene el Proyecto FER en su carrera deportiva. «Mira, yo vengo de una familia muy humilde y con pocos recursos y nosotros tenemos que movernos bastante para competir. A mí me sería muy complicado sin el apoyo del Proyecto FER. Es verdad que los requisitos son exigentes, pero está bien y es fundamental. Muchos deportistas de fuera de la comunidad valenciana nos tienen envidia sana por el gran apoyo que nos brindan».

 

 

 

 

 

 

 

 

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