Israel Molina Gómez
El valenciano, junto a su compañero Andrés Barrio, acaba de llegar de firma un meritorio sexto puesto en el Mundial de Polonia de Vela en la clase 49er. Con la vista puesta en los próximos objetivos, ya vislumbra el Trofeo Infanta Sofía, una lanzadera para entrar en la selección española
Recién aterrizado del Campeonato del Mundo de Vela sub-23, Antonio Torrado reconoce tener un sabor «agridulce» por todo lo acontecido en este evento en el que, junto a su compañero Andrés Barrio, han estado muy cerca de subir al podio en la categoría 49er. «Hemos estado en los puestos que pensábamos, pero al haberlo tenido tan cerca, pues da un poco de cosa».
Pese a ello, tiene claro que este es un resultado «para no estar descontentos», explica a Yo Soy Noticia. «Empezamos este proyecto hace apenas un año. Nos juntamos con el objetivo de preparar este Mundial y, por otro lado, el Trofeo Princesa Sofía, que es una prueba clasificatoria para entrar en el equipo nacional», sigue contando.
«A largo plazo está el objetivo de intentar llegar a unos Juegos, pero lo más importante es que nos formemos para ser buenos deportistas y que siempre comulguemos con los valores del deporte»
Sin embargo, ese «agridulce» denota una gran competitividad y muchas ganas de seguir creciendo, algo muy importante. «Hemos estado entrenando en Santander, que es la sede de la Federación Española de Vela, este año. Han sido seis meses de un trabajo bastante duro con todo el equipo juvenil», recuerda el regatista nacional, otro valor de futuro de la vela española.
Un Mundial para seguir creciendo
«Llegamos a Polonia hace un mes más o menos para intentar hacernos con el sitio y ajustarlo todo. Teníamos el objetivo de estar lo más arriba posible, pero sabiendo que aquí iba a haber mucho nivel, con gente muy profesional y que se dedica a esto. Queríamos pelear por el podio porque sabíamos que llegábamos bien preparados».
Todo empezó a la perfección, nos sigue resumiendo apenas unos días después de terminar el evento. «Los dos primeros días fuimos muy bien, pese a que las condiciones del viento no eran las mejores para nosotros. Acabamos terceros el primer día y segundos el segundo día. Después, las últimas jornadas, que tuvieron mejores condiciones para nosotros, llegaron algunos errores y terminamos bajando algunos puestos hasta terminar sextos».
Y aunque ese puesto era el que más o menos ambos se esperaban, después de haber estado en puestos de podio durante varios días, acabó dejando un sabor de boca diferente. «Estuvimos cerca del podio, habíamos trabajado duro, pero el deporte es así y estas cosas pasan«, cuenta.
«A veces es importante fallar para hacerse más fuerte. Hay que saber aprender de todas estas cosas porque nos queda mucho camino por delante. Esto, como dice mi padre, es una carrera de fondo, no de 100 metros»
Lo que está claro es que haberse visto ahí arriba les da «fuerzas para seguir luchando», comenta el regatista. «Venimos de un año complicado con la pandemia de por medio y hemos tenido que reinventarnos para podernos preparar. Así que, aunque uno siempre quiere más, entendemos que es un buen resultado».
Es consciente de la importancia de unos Juegos, una competición de la que se declara «un enamorado» desde que era pequeño. «¿A quién no le gustaría estar en unos Juegos?», traslada la pregunta, pero la matiza con acierto. «Siempre repito lo mismo; yo creo que ir a unos Juegos, ganar una regata o estar peleando por un Mundial absoluto solamente es la consecuencia del trabajo bien hecho. Creo que haciendo las cosas bien la consecuencia puede ser esa».
La vela, un deporte arraigado en España
Y es que no hay que olvidar que la vela es uno de esos deportes que siempre da alegrías en los Juegos Olímpicos, un motivo de orgullo. «Tenemos muy buena cantera en España. Nuestra geografía es muy propicia para ello, pero es verdad que es un deporte que no está muy masificado y se pierden muchos talentos por el camino. Tenemos gran nivel y, por ejemplo, está el caso de Diego Botín, que está en mi categoría, que es un número uno y que nos va a representar en Tokio. Es un gran deportista y un referente del que aprender mucho».
Aunque es consciente de que la vela es un deporte minoritario en España, también ve una parte muy positiva que tiene y es que no solo te puede abrir las puertas de una trayectoria con el deporte profesional. «La vela consta de muchas ramas y muchos complementos. Hay entrenadores o directores deportivos de clubes. Es complicado vivir del deporte, aunque si es cierto, que los deportistas olímpicos sacando resultados pueden conseguir mantenerse en su deporte con ayuda de becas, del CSD y de los patrocinadores».
Y no deja la charla sin agradecer «infinitamente» la importancia que el Proyecto Fer tiene en su desarrollo como deportista. «Para mí es una ayuda muy importante, es lo que hace viable un proyecto. Es fundamental, y no solo en el aspecto económico, también en el impulso moral que te ayuda a seguir adelante y pelear por tus objetivos»
«Son gente que te apoya, que sigue tu deporte y que te demuestran que merece la pena luchar por ello. Contar con su apoyo también en un año tan complicado como este ha sido muy importante. Para mí es un orgullo enorme formar parte del Proyecto FER»
