Asier Olangua, disciplina por un presente y futuro de éxitos en la esgrima: «Me gusta tenerlo todo bien calculado» | Yo soy noticia

El equipo español de Esgrima consiguió una meritoria medalla de bronce en el último Campeonato de Europa Junior celebrado en Tallín hace unas semanas. Entre sus integrantes está el valenciano Asier Olangua.

«Esta medalla la hemos buscado muchísimo. Hacía mucho tiempo que ningún equipo español lo conseguía. Hemos conseguido romper esa barrera», valora el tirador, habiéndose subido al podio regularmente antes en copas del mundo. Sin embargo, faltaba hacerlo en un campeonato como este.

«Una cosa es demostrar en copas del mundo, y otra hacerlo en un Europeo. Estábamos con muchas ganas y un poco de presión, pero lo supimos manejar bien. Es una felicidad increíble», continúa, dejando constancia de la importancia del bronce conseguido.

Para Asier es «una ilusión» poder competir con el equipo nacional y contribuir en estos logros. Un deseo que tenía desde que se trasladó a Barcelona, y que confiesa que al principio no lo veía tan cerca. «El poder estar ya desde hace tiempo, y ser un tirador fijo, me hace mucha ilusión. Es llegar a lo que siempre he querido», expresa.

«Me gustaría conseguir medallas en todo lo que pueda»

De cara al presente año, comenta que le gustaría sacar grandes resultados en el Campeonato de España y en el próximo Mundial. Aunque reconoce que eso de ponerse objetivos concretos no es algo que le atraiga demasiado. «Creo que cuantos menos objetivos tengas, más lejos puedes llegar. La presión te puede hacer ir mal. Me gusta hacerlo lo mejor que pueda, sin ponerme límites. Me gustaría conseguir medallas en todo lo que pueda», explica al respecto.

Una vida enfocada a la esgrima

Asier Olangua lleva desde bien pequeño dedicándose a este deporte. Todo empezó con 7 años, cuando su madre decidió apuntarle. «Mi hermano y yo siempre cogíamos un palo para jugar como espadas. Nos gustaba mucho Star Wars, La Princesa Prometia, etc. ‘Ya que están jugando a esto, voy a ver si les gusta la esgrima’. Entonces nos apuntó a un club cerca de casa y me acuerdo que salí muy contento», narra de sus primeros pasos.

Sus inicios se dieron en el Club Dinamo de Valencia, y pronto vio que esto le iba a acompañar en su vida de ahí en adelante. «No solo me gustaba entrenar. Cuando empecé a competir con 9 ó 10 años, me enganchó el ambiente de competición», añade.

«Me propusieron estar en el Centro de Alto Rendimiento en Barcelona»

Tiempo después llegó un importante paso en su carrera deportiva. Gracias a ciertos resultados en competiciones, se le ofreció cambiar de aires y trasladarse hasta Barcelona para continuar su progresión y formación en la esgrima de la mano de los mejores.

«Se fijaron en mí y me propusieron estar en el Centro de Alto Rendimiento. También mi club, el SAM. Me costó un poco adaptarme, porque era irme con 13-14 años a una nueva ciudad. Tenía toda mi vida en Valencia. Pero he acabado muy contento», apunta.

En el CAR, entrenaba por las mañanas y por las tardes. Hoy en día, ya fuera del centro al haber cumplido la mayoría de edad, compagina sus estudios universitarios por la mañana con el entrenamiento de las tardes en el club. «Es bastante complejo. A veces hay que priorizar una cosa, pero me voy arreglando como puedo», comenta respecto a como lleva lo de estudiar y competir al máximo nivel.

Una situación que sufren muchísimos deportistas en España, y que en ocasiones deben buscar una beca al otro lado del Atlántico como solución. «Se puede compaginar, pero cuesta. Hay que tener una organización muy estricta», avisa.

Como deportista, se define como «disciplinado». Le gusta «tenerlo todo bien calculado y cuadrado, y tener claro qué voy a hacer en cada entreno», siempre con el objetivo de mejorar. «Diría también que soy perfeccionista», añade.

El camino hacia un sueño

Como todo deportista, Asier Olangua sueña con una cosa: «Puestos a soñar, me gustaría llegar a unos Juegos Olímpicos». Un objetivo final, que ni mucho menos será sencillo. «Es la cumbre de mi deporte. La esgrima es de los deportes olímpicos más antiguos. Tiene un ranking muy severo, y solo el estar en unas olimpiadas es ya muy complicado. Me encantaría, sería mi sueño verme ahí», argumenta.

«No saben la ayuda que supone para mí el Proyecto FER»

En ese camino hacia los sueños, tiene como escudero la colaboración del Proyecto FER. «No saben la ayuda que supone para mí. En mi deporte ofrecen ayuda una vez de cada 200. Todo tiene que ser responsabilidad nuestra, y a veces es inasumible. Conozco gente que se ha quedado sin competir por problemas económicos. La confianza que tienen en sus deportistas es una ayuda que no tiene precio», agradece a la iniciativa de la Fundación Trinidad Alfonso.

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