Héctor Cabrera, del quirófano al podio mundialista en menos de un año | Yo soy noticia

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Héctor Cabrera terminó el pasado verano con un sabor agridulce. Un quinto puesto en los Juegos Olímpicos le sabían a poco pero lo que él no podía imaginar es que lo peor estaría por llegar.

A finales de noviembre, el valenciano pasó por quirófano para operarse de una hernia discal que le afectó a las vértebras, una lesión complicada que le obligó a pasar drásticamente de competir en la élite a ver el paso del tiempo desde el sofá de su casa.

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Cuatro meses más tarde, sobre el mes de marzo, Cabrera regresó a los entrenamientos después de una dura rehabilitación.

“Al principio no te cuadra ninguna técnica, las cosas no te van saliendo bien de cara a una competición y el tiempo se echa encima. Para este Mundial, no llegábamos en el mejor momento y nos faltaron tiros de entrenamiento”

Pese a los contratiempos y las exigencias físicas y mentales que implican una lesión de este calibre, Héctor solo tenía en su mente llegar al Campeonato del Mundo para pelear por lo más alto.

“Una semana antes competí en Valencia y lancé por encima de los 60 metros. Nuestra sorpresa fue que al llegar a la competición, estaba lanzando más de 61 metros. Vimos que había opciones de incluso batir mi propio récord personal y luchar por la plata. Al final, se notó la falta de tiros en el cuerpo”, relata el deportista del Proyecto FER.

Trabajo y superación

La historia de Cabrera podría ser perfectamente un ejemplo de superación, de cómo una persona cumple el sueño olímpico de todo deportista y al poco tiempo, una hernia inhabilita gran parte de tu cuerpo, que a su vez actúa como herramienta de trabajo.

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“Echo la mirada atrás y veo como una persona se hunde en lo más hondo. Aunque mi recuperación fue muy rápida, nunca hubiera imaginado llegar a este Mundial y conseguir la medalla. Lo sueñas pero hasta que no pasa no te lo crees”, reconoce.

Cambio radical

En esa caída a “lo más hondo”, Cabrera también ha visto cómo su vida cambiada: “Yo he pasado de estar entrenando a prácticamente no poder andar después de la operación ni levantarme»

«Notaba que tenía un cuerpo débil y veía cómo perdía 10 kilos de músculo y aumentaba 15 de grasa»

Esta metamorfosis fue la consecuencia de estar tres meses sin apenas poder salir de casa, con horas de reposo en cama y muchas horas eternas por delante que eran difíciles de llevar, más si cabe teniendo en cuenta la rutina a la que está acostumbrado un deportista profesional como Héctor Cabrera.

Cuando lo negativo se convierte en positivo

La cara más amarga de esta experiencia iba acompañada por otra más dulce. El valenciano revirtió su situación para que la costosa rehabilitación acabara convirtiéndose en un beneficio personal.

«Estos tres meses que he estado en cama me han servido para mejorar la técnica. De hecho, llevamos mejor técnica ahora que en los Juegos Olímpicos y sabemos de verdad dónde tenemos los fallos y qué tenemos que corregir»

“Antes de la operación ya teníamos algunos problemas técnicos. Lo más importante es que yo siento los errores. Antes tenía cierto bloqueo mental pero ahora sabemos qué camino tenemos que coger. El año que viene puede ser un gran año”, considera.

El testigo del deporte paralímpico

Con ese optimismo el atleta afronta los retos venideros. Esa mentalidad es la que en el pasado convirtió en una leyenda a David Casinos. El de Moncada anunciaba el pasado mes su retirada del atletismo paralímpico, una noticia que entristecía, emocionaba y llamaba a las nuevas generaciones a seguir sus pasos.

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Uno de los que podría continuar con el increíble papel que ha desempeñado Casinos es el propio Cabrera. “Nunca estás preparado para heredar el legado de David. Creo que no se va a repetir nunca. El nivel cada vez es más alto, hay más competencia. Los más jóvenes tenemos que pelear por llegar a su altura pero va a ser muy complicado porque estamos hablando del mejor lanzador de la historia”, comenta.

“David Casinos es para nosotros lo más grande que ha existido, él ha sido quien ha abierto los caminos y nosotros solo tenemos un coche para conducir por esa autopista”

Aunque la sombra su leyenda es muy alargada, por detrás viene una jauría de ambiciosos atletas que aseguran el relevo generacional en el atletismo paralímpico valenciano y español.

Cabrera está llamado a ser uno de los que recojan su testigo y con ese sueño seguirá creciendo cada día un hombre que hace apenas seis meses no podía levantarse prácticamente de la cama pero que unos días atrás subía a todo un podio mundialista para colgarse el bronce en lanzamiento de jabalina.

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