El campeón de Europa de jabalina, que hasta el mes de marzo se encuentra realizando sus estudios en Roma con una beca Erasmus, ha trabajado hasta la fecha modalidades que no había practicado como yoga y pilates.
Pero la entrada en 2019 le ha llevado a calzarse de nuevo las zapatillas de atletismo y retornar a las rutinas habituales, con el agravante de no tener a su entrenador junto a él ni disponer de unas instalaciones familiares donde ejercitarse.
Cabrera se entrena al tiempo en una pista anexa al estadio Olímpico y en la pista de la Farnesina, junto a los miembros del grupo deportivo de la Universidad de Roma.
“Adapto mis ejercicios a las condiciones de las instalaciones: lanzo el balón medicinal contra una pared, utilizo pesas pequeñas para practicar el lanzamiento de bolas o cambio mi rutina para hacer series en horario matinal y gimnasio por las tardes”, explicó.