Iván Colmenarejo, el hombre que hará crecer al Proyecto FER y al deporte valenciano | Yo soy noticia

Iván Colmenarejo, director deportivo del Proyecto FER, es el artífice de esta iniciativa bajo la que se esconde la Fundación Trinidad Alfonso y su presidente, Juan Roig. Tras haber sobrevivido a su primer ciclo olímpico, el FER amplia nuevas miras hasta Tokyo 2020 con la dirección de Colmenarejo quien, desde su experiencia como taekwondista, ha encontrado la forma de asesorar tanto a nivel deportivo como personal a los 121 becados que forman esta gran familia.

Trabajo, sacrificio y esfuerzo durante 358 días del año, con solo una semana de descanso, tienen la culpa de que Colmenarejo haya hecho crecer a un proyecto que «solo está al 20%» pero que cada edición da un pasito más para agrandar su leyenda en el deporte valenciano.

En la siguiente entrevista, YoSoyNoticia se ha colado en el imponente hotel Sorolla Palace, lugar de trabajo de Iván Colmenarejo, para conocer el presente, el futuro y el pasado del Proyecto FER desde las perspectiva de su director deportivo

Un presente plagado de ideas nuevas

P: ¿Podrías destacar a un deportista de cada categoría? Élite, Promesas y Vivero.

R: Siempre me hacéis esta pregunta y es muy complicado porque hay una apuesta personal con este Proyecto que hace que ponga las miras en Tokyo. Decirte un nombre de los 121 es discriminatorio. Te diría que todos ellos podrían destacarse porque invertimos el mismo tiempo en cada uno. De manera individual, desde el Vivero más joven hasta el más mayor, los tratamos de la misma forma. La realidad es esta y quiero ayudar a que se generen grandes personas. Confío en el desarrollo individual pero dentro del colectivo. Eso hace que me quede con todos.

P: ¿A qué deportista o deportistas tenemos que seguir de cerca este año 2017?

R: Por su evolución, su trabajo, por su forma de hablar y por su trayectoria en el FER, elegiría a Blanca Palmer. Sin embargo, hay uno que me motiva especialmente que es Iván Cano, en longitud. Es un deportista paralímpico y vamos a ver si su categoría es ya oficial para los próximos Juegos. Creo que un día pegará un brinco de 7’5 metros. Por cómo se orienta cada vez que hablamos con él, veo que es una de esas personas que tiene brillo.

P: ¿Algún nuevo fichaje?

R: Todavía es muy pronto. El seguimiento es desde 2016 y prefiero ver la proyección. El día que estuvimos el Comité Evaluador dictaminando los integrantes, la mayoría coincidía en que el FER tenía mucha responsabilidad en este ciclo donde los valencianos han llegado tan lejos. Creo que no hay que menospreciar el trabajo de los entrenadores. Creo que el FER todavía no ha dado sus frutos. Creo que en Tokyo empezará a darlos, cuando los más veteranos lleven los dos ciclos completos y otros como Blanca Palmer o Alba Sánchez den ese salto.

Somos aún un proyecto muy joven, aún es inexperto, tiene que aprender de la evolución de los deportistas y su entorno. Con cuatro años podemos decir que estamos consolidados.

P: ¿El Comité Evaluador decide quién se queda y quién se va?

R: No, es el criterio del resultado el que decide quién se va. El Proyecto FER intenta ser lo más global posible pero estamos seguros que muchos de ellos, por edad, volverán a entrar. Algunos, por una cuestión de cambio de categoría, de un año a otro pasan de ser el mayor a ser el más pequeño. Nosotros tenemos un rango de edad donde a veces se van un año y al siguiente vuelven porque al principio les cuesta adaptarse. Es el criterio de resultados el que restringe.

P: ¿Cuál crees que es el deporte más prolífico en cuanto a número de deportistas y número de éxitos?

R: El más prolífico en número de deportistas es el atletismo pero el judo y el taekwondo están trayendo éxitos en proporción al número de participantes. Se ve el trabajo que se está haciendo en algunas disciplinas que hablan por sí solas. El judo no es lo que se está haciendo ahora sino lo que se va a hacer, me gusta pensar que es la punta del iceberg de un trabajo bien hecho y que los demás le van a seguir la estela de este ecosistema que formamos. El taekwondo si sigue así, va por la misma línea.

P: ¿Qué novedades y nuevas iniciativas podemos esperar de esta quinta edición?

R: La primera y la más importante es la de ReFERentes. Es una iniciativa que a mí me enamora. Cuando era deportista, mi mayor miedo era retirarme y no saber qué hacer. Cuatro años después del FER, cuando escuchas a deportistas que después de Río ya están pensando en la retirada, aparece un abismo. Esta nueva categoría ofrece un camino paralelo tras retirarse, un colchón que les ayuda en la formación así como monetariamente y sobre todo, les incita a que creen su propio proyecto deportivo es espectacular porque van a estar más tranquilos y a largo plazo van a generar deporte.

En el deporte minoritario, se vive al día. La beca del FER les hace ganar un poco más de dinero pero al final, están pagando por trabajar

P: ¿Cómo incita?

P: Sugoi (Uriarte), Laura (Gómez), César (Sempere), Matías (Tudela) y Concha (Montaner) ya están vinculados a su deporte. Cuando digo incitar me refiero a que cuando otros referentes vengan en el proyecto están marcando un camino. Ellos van a generar olas para los chavales que les consideran sus ídolos. Si cada uno en su disciplina aplica su experiencia, estoy seguro que los siguientes que vean la retirada pronto van a ver que hay futuro. El deportista tiene que ser deportista hasta el fin de sus días.

P: ¿Qué tendrán que hacer estos cinco ReFERentes en su nueva etapa deportiva?

R: La labor de Sugoi y Laura en el Valencia Club de Judo ya habla por sí sola. Es más que un Centro de Alto Rendimiento porque encima se preocupan de que tengan un ecosistema proactivo hacia el deporte. Concha tiene su propia escuela. César tiene su propio campus y está llevando la parte técnica del club junto a Matías. Cada uno se ha orientado a una parte gestora, directiva o técnica.

P: ¿Se trata de enseñarle a quienes vienen por detrás?

R: Sí. En las entrevistas siempre pregunto a los deportistas qué quieren ser de mayor y cómo lo vincularían a su disciplina. Es una indirecta que me gusta plantearles porque estoy seguro que le han dedicado más horas al entrenamiento que a lo que están estudiando así que quiero que intenten atraer su profesión al deporte.

P: El Proyecto sigue creciendo cada edición. Empezasteis con 17 deportistas y 3 clubes. Hace dos años eran 100 y este ya son 121. ¿Conforme pasan las ediciones, se torna más difícil elegirlos? ¿Los criterios cada vez son más exigentes?

R: Sí, nosotros hemos intentado que cada vez sean mejores los criterios de la mano del Comité Olímpico y Paralímpico que forman parte del Comité Evaluador. Los criterios han ido aumentando porque algunos tienen sus flecos y disciplinas que no encajaban del todo. Mi sorpresa es que tras Río de Janeiro, con estos criterios, pensábamos que seríamos menos pero han sido tres más.

En la categoría Promesas hemos puesto un criterio de edad con respecto al año pasado y casi hemos duplicado el número de deportistas. Eso significa que los jóvenes están consiguiendo logros internacionales. Es un indicativo de que el talento se está gestionando mucho mejor que hace años.

ivancolmenarejofer

P: ¿Cuál es tu labor en el Proyecto FER?

R: Mi labor es la dirección deportiva. Llevamos una parte estrictamente deportiva que es la que más me gusta porque es el contacto directo con el deportista. A mí me compete la entrada de los deportistas, conocerles dese el inicio y hacer de filtro para el Comité Evaluador y de puente para la Fundación Trinidad Alfonso. Hay entrenadores, padres y deportistas que tienen dudas sobre los criterios. Nosotros hacemos un seguimiento previo de los chavales, intentamos que antes de salir la convocatoria sepamos quién son los nuevos candidatos a formar parte de las disciplinas. Comienza la entrada de noviembre a diciembre, se hacen entrevistas y hacemos de vía de enlace.

R: ¿Y en cuanto al asesoramiento?

R: Hay un concepto de coaching donde el coach está y si quieren, nosotros estamos con ellos. Pero si no nos dicen nada, mes a mes hacemos un seguimiento para ver la evolución de chicos que, por ejemplo, tenían muy poco desarrollada – como es normal por su juventud – la soltura y agilidad verbal. Estos detalles hacen sentir muy especial al deportista porque notan que hay alguien más encima con labores de apoyo.

P: ¿Qué problemas suelen afectarles a los deportistas?

R: Muchas veces se encuentran perdidos. La gran mayoría de ellos tienen un exceso de presión que se autoimponen ellos mismos. Sólo necesitan que les den una palmada y les digan: “Tranquilo”. No necesitan más. El segundo problema son los tres entornos: social, personal y el del cuerpo técnico. A veces, ejercen influencias en ellos. Los ves y piensas: “Ese chico no va a llegar y no es su culpa”. Me toca la fibra porque ver a un niño que se entrega tanto y que recibe tantas presiones externas… Del mismo modo, hay padres que están tan preocupados por hacerlo bien que se convierten en miembros del cuerpo técnico. A ellos también tenemos que tranquilizarlos. Me gusta pensar que somos un satélite que está a otra altura distinta de ese triángulo y que aportamos tranquilidad. Nosotros no le decimos qué tienen que hacer.

P: ¿Se han dado casos donde un Élite ha tutelado a un Vivero?

Me encantaría que se diera, lo intentamos pero no lo conseguimos. Queda mucho por hacer en ese sentido. En las disciplinas sé que entre ellos se preguntan pero, por ejemplo, en la presentación vi cómo los más pequeños les pedían hacerse una foto a sus referentes. Aunque lo oí en alguna ocasión, me faltó que los Élite les dijeran: “Sí, me hago una foto y en todo lo que pueda voy a ayudarte”. Sigue faltando esa predisposición y libertad del Vivero para dirigirse a un referente.

P: ¿Cómo se gestiona una “escuela de talentos” compuesta por 121 deportistas que pertenecen a una misma familia pero que están alejados en el espacio y que no entrenan juntos?

R: Lo primero que tenemos son recursos humanos. Carles y Vero hacen una labor excepcional en comunicación. En la parte deportiva, están Raúl y Fran conmigo. En esta casa se pretenden hacer las cosas muy bien. Trabajamos en la cultura del esfuerzo pero cuando te gusta tanto una cosa, si no la tuviéramos nos faltaría. Hay meses que cuesta más comunicarse con los chicos pero se llega a todo.

Creo que aún podríamos soportar a más deportistas pero hay que hacerlo bien, prestándoles atención y no hacer distinciones entre los miembros

P: Jesús Gasca, luchador de grecorromana, explicaba a YoSoyNoticia hace unas semanas que él, gracias a las becas, es el único profesional de su modalidad en España. Esto es, el único que cobra por practicar su deporte. ¿Eres consciente de la gran labor que está llevando a cabo FER?

R: Soy muy exigente. Sé que somos muy importantes en el deporte valenciano y un referente pero estaremos haciendo mal si no somos capaces de hacerle entender al deportista que no hace falta quejarse y que si con lo que tiene ha conseguido eso, debe aprender a conseguir más cosas de manera distinta.

colmenarejo presentacion 2017

P: ¿Hay más casos como el suyo?

R: Hay un caso que conocí, el de Anna Sanchis, con el que se me encogió el alma porque vi su contrato de deportista profesional con salario cero. Estas personas pagan por trabajar. Hacen una inversión por la pura pasión al deporte. Que estos chavales vivan de las becas me parece un error social porque hemos malacostumbrado a deportistas minoritarios, a Federaciones y a empresarios. El deportista no ha preparado el discurso óptimo para convencer. El resultado da la beca pero creo que la persona da un punto más. Hablo de honorarios, de caché, de devolver un rol social. Muy pocos de ellos han estudiado economía o ADE. Pero al margen, ¿dónde se estudia planificación económica? Esos chicos están entrenando ocho horas al día y muchos ni se dan cuenta de que sus inversores son los padres. No se enseña a valorar el esfuerzo que hace la sociedad y al revés, no se enseña al empresario que ellos están pagando por trabajar. ¿Qué más cosas harían si les dieran un poco?

P: ¿Cuál es la solución?

R: La educación. La base empieza por educar a los padres. No es fácil gestionar a un hijo y menos si es de élite. Yo abriría el camino a padres que quieran formarse al respecto y a las empresas para que todos fueran a una al deportista. Se trata de crear un ecosistema. Es lo que estamos intentando desde el Proyecto FER.

Un futuro seguro hasta Tokyo 2020

P: ¿Cuál será el momento clave del año?

R: Con 121 deportistas es complicado establecer uno. Nosotros vivimos en pleno auge porque lo mismo tenemos un esquiador que acaba de terminar la temporada, que un regatista como Iván Pastor que está en plena temporada. Lo mismo con nuestros judocas, piragüistas o taekwondistas. Desde comunicación estamos aprendiendo a corregir un error. Para mantener el proyecto vivo tienes prestarle atención al deportista desde una manera sana.

El que gana se lleva la comunicación y eso es un fallo para mí. El que queda sexto o el vigésimo ha hecho el mismo esfuerzo para estar ahí. Se trata de que durante toda la temporada haya un estado de flow continuo

P: El lema de este año es: Queda molt per FER. ¿Qué le queda todavía al Proyecto?

R: Creo que el FER está a un 20%. El lema hace referencia al ciclo olímpico porque quedan cuatro años por delante aunque para mí ese ciclo es erróneo. Me acuerdo del combate en Río de Janeiro de Sugoi. Ha estado trabajando cuatro años para que le valoren a nivel global solo cinco minutos. ‘Queda molt per FER’ para intentar escuchar más a los padres y entrenadores, mejorar la calidad del servicio a los deportistas y educar a los medios de comunicación para que no se limiten al ‘boom’ de los Juegos Olímpicos. Lo que hacéis en YoSoyNoticia me parece muy bueno porque alimentáis a los que están y a los que no están. Hoy en día todos son protagonistas de su historia y si estableces un sitio donde contarla, la gente aprende a contarla. ¿A nosotros qué nos queda por aprender? Nos queda seguir contando esta historia colectiva mejor y ayudar a que el deportista llegue a más lejos.

P: ¿Cuál es el objetivo a largo plazo del Proyecto FER?

R: Para nosotros es Tokyo. No sabemos si después el FER seguirá. No podemos fijarnos un plazo mayor, en otras cosas sí lo haría pero no aquí. Si conseguimos de aquí a 2019 doblar el nivel promesas, significará que a Tokyo va a ir mucha gente.

P: César Sempere ha reconocido recientemente en YoSoyNoticia que el objetivo es llevar a 50 deportistas FER a Tokyo. ¿Crees que es una cantidad excesiva?

R: A mí me gustan tanto los retos que si me ponen uno delante, voy a por él. Nunca mejor dicho el proyecto está por hacer. La contribución de deportistas valencianos en Tokyo no será culpa nuestra aunque sí vamos a tener que ver. Nosotros no somos protagonistas de la vida de los deportistas, ellos tienen su triángulo y nosotros queremos ayudar a que ese triángulo se sienta cómodo pero no conformista. Si llegamos a los 50 será porque el deporte valenciano se lo merece pero no por el FER. Si asumiéramos esa responsabilidad, sería como matarnos. Si llegamos, serían todas las medallas para nosotros. Eso es mentira, no debe ser así. Y si no llegamos, todas las culpas recaerán sobre nosotros. Yo prefiero mantenerme en la perspectiva del satélite. Yo quiero que lleguen 50 y 60 también pero siendo realistas, no sé si alguna vez ha habido un número de valencianos tan alto en unos Juegos Olímpicos. Valencia ha representado el 10% de España este pasado año. Si llevamos a 50 estoy seguro que superaremos ese porcentaje.

P: ¿Cuál es tu sueño como Director Deportivo?

R: Que el FER sea lo que yo quiero, es decir, conseguir becar al triángulo del deportista. Dicho de otra forma, que logremos becar de una manera específica al entrenador, que el entorno familiar tenga su propia forma de ser becado y que el entorno social que el deportista crea, también sea becado. No hablo de la misma beca FER. Para crear grandes resultados, hay que crear grandes personas. Y para eso, tienen que tener grandes equipos. Para que sean grandes equipos, deben generar grandes resultados, a través del trabajo en conjunto se consigue. Es una cadena. Me encantaría que el FER fuera esa palanca que llegase a todo el entorno del deportista.

P: ¿No crees que es muy ambicioso ese objetivo?

R: Sí pero estoy seguro que lo conseguiremos. Si no, no tendría sentido. Me parece una locura conformarte con algo que está al 20%. Del mismo modo que es una locura no hacerlo.

Retrospectiva al pasado: ¿De dónde venimos?

P: ¿Cómo viviste la pasada edición, con JJOO de por medio?

R: Uno de mis retos en mi vida desde pequeño era ser deportista olímpico. En Río me he sentido olímpico de otra manera a la que siempre había soñado. Yo viví casi la misma situación que un olímpico. Sentí que había vivido el proceso de chavales que durante cuatro años han padecido tanto y que son gente extraordinaria. Te haces partícipe de su aventura. No sé las horas que estuve pegado a la televisión, a las redes y a lo que pudiese para seguir en directo todas las competiciones. A nivel personal estoy contento por haber debutado. Hemos debutado con deportistas y con disciplinas. No te imaginas lo que es estar viendo un partido de rugby y en la otra pantalla del ordenador, estar pendiente del judo porque entraba uno, mirando qué día es para que no coincidan dos competiciones.

Hemos vivido los Juegos desde dentro de forma multidisciplinar. Eso no lo tiene todo el mundo, me siento un privilegiado. Estos dos últimos años me he sentido como en una nube siguiendo a los deportistas

P: ¿Qué has aprendido con el Proyecto FER?

R: La primera cosa que he aprendido es que, independientemente de la disciplina que hablemos, el deportista tiene problemas, virtudes y defectos similares. A nivel de virtudes, el talento habla por sí solo aunque hay que venderlo mejor. He aprendido que el trabajo en equipo lo disfrutas mucho más cuando es multidisciplinar. Nosotros hemos tenido que juntar dirección, gestión, comunicación y la técnica deportiva. Como equipo hemos tenido que aprender a adaptarnos. Eso me ha parecido muy duro. A nivel profesional, pasar por 150 deportistas y sus entornos, todavía no sé si lo he asimilado. A lo mejor en un día hablo con siete deportistas de distintas disciplinas, uno está arriba y el otro abajo pero tú solo ejerces de pegamento con una opinión más, no le dices lo que tiene que hacer. Estar con gente a la que admiras y poder acompañarles en el camino es espectacular, no hay nada comparable.

P: ¿Cómo has llegado a dominar las más de 25 disciplinas que abarca el Proyecto FER?

R: Se abarcan con ayuda. El primer año con 74 miembros, estaba yo solo estudiándome las disciplinas, las pruebas, si era paralímpica oficial… Tenía que estudiar 160 casos en la convocatoria. Para mí fue un máster multidisciplinar tener que estudiarme las normas. Cada deporte tiene sus particularidades y ese año aprendí muchísimo aunque perdí bastante pelo (bromea). Me encantó aquel proceso. No te conviertes en un experto pero cuando te hablan de una prueba concreta puedes hablar. No es necesario que la gente se estudie las normas pero les animo a que tengan conocimientos básicos. Cada deporte te enfoca a un tema y te enseña unos valores.

P: ¿El momento más dulce de todos estos años?

R: La cara A del Proyecto es cuando al revisar las cifras, aunque no me gusta nada hablar de ellas, me pregunté a mí mismo: “¿De estos deportistas a cuántos considero amigos?”. Me salían muchos. Ha llegado un nivel que he estado hablando con ellos y me han contado temas tan personales que se han ido fuera del trabajo, algo que era al margen del coach o del asesor. Me lo cuentan desde la amistad. Me parece espectacular hacer amigos por este camino.

P: ¿Y el más amargo?

R: Soy una persona altamente optimista pero hay muchas cruces. Para mí una cruz es cuando hay que decir que no a deportistas. Yo he sido deportista y sé lo difícil que es ser cuarto.

Decir que no a chicos que casi cumplen el criterio es difícil, me duele y te toca la fibra. Lo bueno es que piensas que el próximo año lo vamos a tener, lo malo es que no puedes contar con él esa temporada

P: ¿Alguno de esos chicos se ha dejado el deporte ese año?

R: Sí, por desgracia. Conozco incluso casos en los que sabes que si no le das la beca, no tiene más recursos para continuar y se lo va a dejar. Los hay incluso dándosela. Hay entrenadores que tienen que dejar de entrenar a los chavales de un pueblo y no tienen a más. Hablamos de que hay campeones que se generan en un rincón de un lugar remoto sin apenas instalaciones. A veces, hay padres que se han quedado en paro y tienen que emigrar. Se te pasa por la cabeza hacer un epígrafe para estos casos pero no puedes.

P: Pero, como bien decías, es un error pensar que la responsabilidad es del Proyecto FER, ¿no?

R: Sí, pero al final conoces el caso. Dicen que ojos que no ven corazón que no siente pero este trabajo de ser directo deportivo tiene estas cosas. Cuando llega una historia parecida, ya tienes una reflexión. Te calmas e intentas hacer que cambien de mentalidad. Mi trabajo no es cambiar la vida de nadie, tenemos que ser compañeros en ese camino y hacer ver que pese al sufrimiento, de todo se sale.

Ha habido días de entrevistas que me he ido a mi casa con lágrimas en los ojos. En esos casos prefiero digerirlo y que me mitigue el dolor

P: ¿Qué ha sido, es y será el Proyecto FER?

R: Ha sido lo que a mí como deportista me hubiera gustado. Es una realidad que tiene que seguir aprendiendo y creciendo. Será parte del ecosistema del que va a formar y ayudar a crear.

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