Uiso Crespo
Organización, esfuerzo y pasión. Son tres adjetivos que definen a Alba Palmer Soler (2002), la joven taekwondista valenciana que atesora un envidiable palmarés a sus 16 años
La deportista FER ha dejado su impronta en el viejo continente con resultados para el recuerdo como su quinto puesto en el Mundial júnior, el oro en el Open Internacional de París 2017 o la plata en el Open Internacional de Holanda, además de proclamarse Campeona de España junior por clubes en 2017.
Esta temporada ha querido dar un salto de calidad y a los entrenamientos que realiza durante la semana ha querido añadir un trabajo físico individualizado. De esta manera ha encontrado el equilibrio para poder seguir incrementando su abultada lista de trofeos.
Alba sigue los pasos de su hermana Blanca (1999), quien, pese a su juventud, atesora una gran experiencia en el taekwondo como demuestran sus victorias en la Copa Presidente de Europa o en el Open de Croacia.
Mi hermana es un referente. Yo voy haciendo mi camino, ir a los sitios que ella también ha ido es algo muy chulo«
Se inició por su padre, quien trajo la afición del taekwondo a la familia. Tanto Blanca como Alba Palmer Soler se aventuraron en su Gandía natal con el club La Safor. Poco a poco fueron comprometiéndose con un deporte que con el paso de los años les está deparando excelentes resultados, además de que van dejando huella en el camino para las nuevas generaciones.
Las hermanas Alba (izquierda) y Blanca (derecha)
Desde que comenzara con seis años no ha parado de crecer, dando pasos agigantados pero siempre con los pies en el suelo. Al reflexionar sobre su progresión se da cuenta de el taekwondo le ha «aportado una forma de vida que no imaginaba, muchas experiencias nuevas, amistades…”. Actualmente tiene 16 años y mucho mundo recorrido.
Durante el mes de abril se marchó a Túnez para afrontar el gran reto de la temporada, el Mundial junior. Se quedó muy cerca de la lucha por las medallas tras firmar una notable quinta plaza que permitió volverse muy contenta. Quedó impregnada con el ambiente vivido en el país africano, con las mejores taekwondistas del mundo en categoría junior. Fue una experiencia “muy chula” que le permitió establecer nuevas amistades.
Precisamente en el mundial coincidió con la valenciana Palmira Tatay, también nacida en el 2002 e integrante del Proyecto FER, una taekwondista que este año se ha alzado con el Open de Holanda. «Es una gran compañera”. Con los campeonatos han logrado fortalecer la amistad que ha ido consolidándose con los viajes a las diferentes pruebas que han disputado por todo el mundo.
Los brillantes resultados de ambas deportistas les han permitido acceder al prestigioso Proyecto FER, proyecto de capital totalmente privado impulsado por Juan Roig a través de la Fundación Trinidad Alfonso.
Gracias al Proyecto FER he podido ir a muchos campeonatos, a los que igual no podría haber ido. Tener a gente que te apoya te da confianza y seguridad. Cuando me dijeron que había entrado… supuso una gran alegría«
Alba Palmer (izquierda) y Palmira Tatay (derecha) / Proyecto FER
Las dificultades de compaginar estudios y competición
Alba Palmer entrena toda la semana, incluso hace ejercicios físicos al margen para poder seguir progresando sin olvidar la importancia de los estudios. Actualmente se encuentra en la recta final de cuarto de la E.S.O. antes de estudiar el Bachillerato científico que le dará acceso a Criminología, un grado que ha despertado su interés. Es consciente de que la organización es primordial para poder llevarlo todo al día.
Estudio, a veces, en el coche mientras vuelvo de entrenar. También me quedo a estudiar por las noches”.
Son sacrificios necesarios para poder compaginar los estudios con el deporte de alto rendimiento. Ahora mismo en España hay pocas posibilidades para poder realizar ambas cosas al máximo nivel pero su empeño y entusiasmo le llevan por el buen camino.
No cabe duda que la gandiense va a seguir trabajando por seguir mejorando sus resultados alcanzados a su corta edad. «No me esperaba llegar hasta ahí. Es una sensación muy chula«. Sabe que está trazando una buena hoja de ruta y con el apoyo de su familia podrá continuar creciendo en este gran deporte.
Son unos registros que animan a seguir su grandiosa trayectoria, la cual apunta muy alto. Está trabajando muy duro para seguir mejornado y algún día cumplir su sueño de competir en unos Juegos Olímpicos. En París 2024 tendrá 22 primaveras, una edad óptima para poder vivir la experiencia que todo deportista desea.
