El deporte de élite y la competición muchas veces ocultan ciertas realidades. Cuesta pararse a pensar en todo y la crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto que muchas veces esa vida de concentraciones, viajes y competiciones no es tan idílica como parece por la televisión cuando se ven los grandes eventos deportivos.
Es el caso de Gloria Fernández, quien ha aprovechado los meses de confinamiento para resetear, para sentarse y pensar en todo lo que estaba sucediendo en su vida, en lo que quería y en lo que no. Así ha tomado la decisión definitiva de abandonar el alto rendimiento, dejar la Residencia Blume de Madrid y volver a sus orígenes.
«El objetivo es coger impulso. Creo que va a ser un cambio que me va a servir para ser mejor deportista. Lo necesito en este momento y por eso he tomado esta decisión»
Cambio de vida
Aunque la decisión definitiva la ha tomado durante estos meses de cuarentena, reconoce que ya llevaba un tiempo que esa idea le rondaba la cabeza. «Es que llevo desde los 15 años fuera, sin tiempo para nada. Entrenar, ir al instituto, estudiar en la habitación…», va contando sobre esa frustración que le ha llevado a no terminar de disfrutar del tiro olímpico.
«Busco sobre todo eso, cambiar cosas, volver a entrenar en casa, con mi padre en mi garaje de casa. Poder tener mis horarios. Si un día no me va bien entrenar en tal momento, poder hacerlo antes o después», describe sobre esa rutina olvidada y que anhela tener para volver a recuperar su mejor versión.
Más allá de la parcela deportiva, estos meses de confinamiento le han servido a Gloria Fernández para darse cuenta que echa de menos su antigua vida, «sus amigos, su familia. También me gusta pasar tiempo con mi padre, que estos últimos años lo he visto muy poco».
No se habla prácticamente nada del tema de la mente en el deporte de élite y cada vez son más los casos en los que entra en juego la frustración, de hecho, nuestra protagonista cuenta que son muchos compañeros que van a dejar el alto rendimiento para recuperar su antigua vida. «Lo van a hacer varios deportistas», describe sobre esta realidad.
«Yo estaba ya un poco quemada porque estaba viviendo en la Blume un poco como en el día de la marmota. Aquí sé que voy a tener mejor calidad de vida»
Además, tiene por delante unos meses totalmente atípicos para un deportista de alto rendimiento, ya que todas las competiciones siguen pospuestas y muchos eventos se están cancelando por el miedo a no poder llevarlos a cabo. «Tenemos todo el calendario cogido con pinzas. Hay bastante miedo a que haya aglomeraciones de gente o a que llegue un segundo confinamiento».
Recuperar la pasión por el tiro
Pese a esto, Gloria Fernández tiene claro que ahora no es momento de parar, pero sí de afrontar unos entrenamientos diferentes. «Me gusta más entrenar con mi padre, creo que es más divertido. Así es como creo que puedo recuperar la pasión por mi deporte. Espero que esto me sirva para coger carrerilla, para tomar impulso».
De lo que sí tiene muchas ganas es de arrancar la próxima temporada. «Vamos a darle mucha caña», asegura, al tiempo que cuenta que a la hora de tomar una decisión de la magnitud de la suya influye mucho eso, los resultados y el momento de forma en el que uno está. «Cuando todo te va de cara, estás más motivado y no piensas en otras cosas, pero cuando tienes una mala temporada o las sensaciones no son buenas es cuando empiezas a pensar un poco en todo».
Lo que está claro es que ella está feliz, más contenta que nunca y se ha quitado un peso de encima. Ha tomado la decisión que necesitaba para afrontar una etapa diferente de su vida, un regreso a sus orígenes. «Doy un paso atrás para dar dos adelante», explica, radiante ante ese nuevo horizonte que se abre en su casa, en su tierra, donde va a continuar con su carrera deportiva en un año clave en el que también va a entrar en la Universidad. Es tiempo de cambios para Gloria Fernández.